RECETAS CASERAS

Cómo hacer mantequilla en casa

La mantequilla es uno de esos alimentos que, a lo mejor, nunca nos hemos planteado hacer en casa pensando que se trata de un proceso complicado. En realidad, eso no es así, ya que solo necesitas dos ingredientes y tener unos quince minutos libres.

MantequillaPexels

Cuando quieres hacer bechamel o un postre y necesitas mantequilla, vas al supermercado a comprarla, pero ¿te has planteado hacerla en casa? Si no lo has pensado nunca, te sorprenderá saber que es muy fácil de hacer. Solamente necesitas dos ingredientes, ¡o incluso uno! Vamos a ver cómo se hace.

¿Cómo se hace la mantequilla?

Como hemos comentado anteriormente, para preparar la mantequilla casera tienes que tener un litro de nata líquida, sal (este último ingrediente lo puedes obviar si lo prefieres), una batidora con varillas y un colador.

Solo hay un requisito que no puedes pasar por alto. La nata líquida tiene que tener un mínimo del 35% de materia grasa.

Coge la batidora y, si puede ser, un vaso para batir que sea alto, ya que así evitarás que la nata salpique y ensucie la cocina. Pon la nata asegurándote de que en el envase no queda nada, tienes que aprovechar el contenido todo lo que puedas.

En este momento, ya puedes activar la batidora a una velocidad más bien baja, que vaya trabajando poco a poco. Verás que la nata se va montando, pero en este caso, hay que continuar batiendo. Cuando la nata quede más espesa puedes aumentar la velocidad de la batidora.

Al cabo de unos minutos, se empezarán a formar una especie de grumos. No te asustes, no pasa nada, este es el procedimiento. Además de los grumos, cogerá un color amarillento y dejará un líquido. Es el suero. Aquí, a lo mejor tienes que bajar de nuevo la velocidad del electrodoméstico para que no salpique. Deja que la batidora siga haciendo su trabajo hasta que los grumos se compacten. Esto llevará unos minutos más.

Puedes parar de batir cuando veas que los grumos se pueden separar fácilmente del suero. Ahora, ponlos en un colador y machácalos bien para que dejen ir el exceso de suero. Otra opción es ponerlos en un paño y apretar tanto como puedas.

Ponla en un recipiente y métela en la nevera. Y ya está, ya tienes tu mantequilla casera a punto para servirla cuando quieras.

Si quieres sal, tienes dos opciones a la hora de añadirla a la nata. En el momento en el que comienza a aparecer el suero o justo antes de escurrirlos.

¿Cómo aprovechar la mantequilla casera?

Seguramente, lo primero que pensamos es untar la mantequilla en una rica tostada para desayunar o merendar con mermelada o un par de lonchas de jamón york.

También la puedes utilizar para engrasar los moldes de los bizcochos (como este de chocolate y nueces que se hace en cinco minutos al microondas), para hacer galletas (como las espectaculares danesas), bollos y una multitud más de recetas de repostería.

Los platos salados también admiten la mantequilla (como el risotto) y en muchos países vecinos la utilizan para untarla en la sartén para freír, en lugar del aceite de oliva.

Por último, hay que tener en cuenta que la mantequilla es un lácteo que contiene muchas grasas y, por lo tanto, favorece el aumento de los niveles de colesterol. Así que hay que ser prudentes a la hora de comerla.