¿QUÉ ES LA MORFONUTRICIÓN?
La morfonutrición analiza las características de nuestro cuerpo, con el objetivo de establecer dietas personalizadas que nos ayuden a perder la grasa justamente de donde lo necesitamos.
Sufrimos lo que no está escrito con las dietas de moda, pasamos un hambre atroz para eliminar esos kilos que creemos que nos sobran y, una vez los hemos perdido, llega el bajón definitivo: nos hemos quedado con unos brazos esqueléticos pero seguimos teniendo el abdomen hinchado; nuestra cara es cadavérica pero apenas hemos rebajado las cartucheras o hemos visto desaparecer nuestros pechos pero seguimos teniendo esos brazos anchos que tanto nos acomplejaban.
Pese a que es cierto que la genética tiene mucho que decir sobre dónde y cómo almacenamos las grasas, la morfonutrición puede ayudarnos a discernir de dónde nos conviene perder grasas y de dónde no, y nos puede ayudar a hacerlo con un plan de alimentación personalizado en función de cuál sea nuestro problema. Esta disciplina establece que existen cinco tipos de cuerpo femenino en función de la localización de las grasas, y que cada uno de ellos merece ser tratado de una manera, tanto a la hora de plantear rutinas de ejercicio físico como de alimentación.
En primer lugar, tenemos el morfotipo Reloj de Arena, que se caracteriza por un equilibrio entre hombros y caderas y una cintura más pequeña. Es el clásico 90-60-90 de toda la vida, una proporción que muchas mujeres mantienen pese a tener sobrepeso. Este morfotipo es el más equilibrado de todos y debería seguir las indicaciones de la pirámide de la alimentación, apostando por una dieta equilibrada, con un porcentaje de carbohidratos, proteína y grasas (siempre insaturadas). Ejercicios como el baile, el aeróbic o la natación, destinados a modelar el cuerpo y a fomentar la actividad cardiovascular, son perfectos para las personas tipo Reloj de Arena. Muchas personas con este morfotipo presentan retención de líquidos. Si esto es así, es importante que beban abundante agua diariamente y que apuesten por las infusiones y los zumos diuréticos.
La Pera o Campana corresponde a aquellas mujeres que son estrechas de pecho y cintura y que tienen unas caderas anchas. Cuando ganan peso, éste tiende a acumularse en muslos y caderas, y, cuando lo pierden, suelen hacerlo de brazos y pechos. Es un tipo de cuerpo muy habitual en los países latinos y su principal problema suele ser la retención de líquidos. El ejercicio cardiovascular es altamente recomendable, así como no pasar largos períodos sentadas y realizar algún tipo de ejercicio para fortalecer hombros y ensanchar espalda. Conviene eliminar de la dieta los alimentos procesados, la cafeína y las grasas, y apostar por frutas, verduras, zumos y todo tipo de alimentos diuréticos. Es fundamental comer raciones pequeñas varias veces al día y evitar en la medida de lo posible las comidas copiosas.
El Triángulo Invertido corresponde a un tipo de mujer que tiene los hombros anchos, más incluso que las caderas, con una espalda ancha y unos glúteos estrechos. Tienden a acumular grasas en la zona alta del cuerpo, y suelen ser mujeres que utilizan la misma talla de pantalón independientemente de que cojan unos kilitos, pues esa zona suele mantenerse siempre igual, ajena a los cambios de peso. Las personas con este cuerpo deben optar por ejercicios como la bicicleta, el step, subir escaleras y todo lo que represente ejercitar la parte inferior del cuerpo, evitando “inflarse” en exceso en la parte superior, por lo que conviene evitar deportes como el tenis, la natación o el remo. Deben realizar cinco comidas al día y evitar el picoteo, los azúcares y las grasas saturadas.
En cuarto lugar, encontramos el Rectángulo. Es un cuerpo que se ha puesto de moda en las últimas décadas, muy habitual en las pasarelas desde que quedó atrás el boom de las modelos curvilíneas de los 90 (Cindy Crawford, Linda Evangelista y compañía). Es un tipo de cuerpo en el que la medida de hombros, pecho, cintura y caderas es similar, muy agradecido, que suele engordar de forma proporcional con cierto predominio del abdomen. Es importante realizar ejercicio físico que nos ayude a modelar la cintura, para realzar las formas, y evitar ganar volumen en esta zona. Para ello, es importante comer alimentos integrales, que contienen mucha fibra, así como frutas y verduras para ir al baño de forma regular.
Por último, el llamado Óvalo corresponde a un tipo de cuerpo con los hombros estrechos, las caderas discretas y una tendencia a acumular grasas en el vientre y el abdomen. A nivel físico, es recomendable realizar ejercicios destinados a reforzar esta zona, como abdominales y otras actividades como hoola-hop. En cuanto a la dieta, las personas con este perfil tienen que evitar las comidas copiosas y las digestiones lentas, por lo tanto es interesante que apuesten por una dieta rica en fibra, que mejorará el tránsito intestinal.
Lo cierto es que tampoco hay que obsesionarse con algo que tiene tanto que ver con la genética que, llegados a cierto punto, poco podemos hacer. Sí es interesante estar al tanto de nuestros niveles de grasa corporal y mantenerlos a raya, ya no sólo por una cuestión estética sino también de salud. En mujeres se recomienda no superar un 25-30% y en hombres entre 18 y 25%. Existen varios métodos para medir nuestro porcentaje de grasa corporal, desde unas calculadoras que estiman esta cifra a partir de una serie de datos sobre nuestra anatomía a algunas básculas modernas que la calculan, además de otros métodos más sofisticados.