Vence tus miedos
Hay personas a las que el moho les da yuyu, pero hay alimentos que pueden aprovecharse aunque haya hecho su aparición y otros... que no.
"Esto se puede comer igual. Se quita esto y ya está". Con esta frase de madre os damos la bienvenida a este artículo en el que vamos a tratar de que venzáis vuestros miedos cuando aparezca moho en algún alimento. "¿¿¿Moho???", diréis aterrados. Sí, moho, MOHO, ¡MOHO! ¡Uhhh! ¡El hombre del saco! No, en serio, la mayoría de las comidas ya no pueden tomarse cuando aparece el moho, pero hay otras que sí. Tan solo hay que quitarlo con cuidado y ¡tachán! pa' dentro sin problemas. Vamos con los que suelen generar más dudas y os daremos nuestro veredicto.
Queso de pasta dura: Sí. Aunque el moho no sea parte integrante de esa variedad en concreto -hay ejemplos en los que sí, como el cabrales o el gamoneu-, sí que podéis quitar el moho que haya aparecido en la corteza y seguir disfrutando de vuestro manchego, por ejemplo. Sin miedo, zagales.
Embutido: Sí. Es posible que en un salchichón o en un salami aparezca u poco de moho en la parte exterior. Tranquilos todos, porque si es una capita de poca importancia, el embutido sigue siendo comestible. No tiréis toda la pieza a la basura, por Dios, que parecéis millonarios.
Pan: No. Ni de broma. No albergues dudas sobre si metértelo entre pecho y espalda o no. Aunque el moho solo sea visible en una parte de la barra o de la hogaza, es muy probable que haya otras zonas en las que esté desarrollándose la bacteria así que es mejor desechar la pieza de pan al completo.
Zanahorias: Sí. Debido a la acción de la humedad, es posible que aparezca un poco de moho en las verduras refrigeradas. En el caso de las zanahorias, por ejemplo, no hay problema porque es altamente improbable que el moho sea capaz de llegar hasta dentro así que, tranquilo, porque esas verduras son reaprovechables una vez que se limpien adecuadamente.
Mermeladas: No. Las compotas ricas en azúcar son un ecosistema muy propicio para la aparición del moho. Es posible que pensemos que con quitar la capa superficial en la que haya aparecido ya sea suficiente pero desengañaros, amigos: es más que probable que haya penetrado en el resto del bote.
Fresas: No. No solo esta fruta, sino casi cualquiera blanda y con un alto nivel de humedad. En este caso, es más que probable que el moho haya penetrado en su interior, así que conviene que las desechas. Es el caso de los melocotones, por ejemplo. Es preferible no arriesgarse.
Pimientos: Sí. Se trata de un tipo de verdura que tiene muy poca humedad, por lo que, aunque el moho haga su aparición, aún puede aprovecharse perfectamente. Corta las partes en las que hayan aparecido las manchitas y ya está: comerlo es totalmente seguro.
Pasta: No. Vigila los restos de ensalada de pasta o de macarrones con tomate que puedan haber sobrado de días anteriores. Su alto contenido en humedad hace que aparezca el moho con cierta frecuencia, sobre todo, en el caso de que no hayamos conservado esa pasta de manera adecuada.