CLAVES PARA NO GANAR PESO EN RESTAURANTES
Con tantas comidas y cenas fuera de casa estos días, mantener la línea se hace complicado. Te damos las claves para comer fuera sin ganar peso.
Comer fuera de casa, a menudo, se convierte en uno de los factores principales que impiden mantener unos correctos hábitos de alimentación. En un restaurante es mucho más sencillo cometer excesos casi sin darnos cuenta: ¿qué comida hacemos sin postre? ¿O sin vino?
Puede parecer imposible comer fuera de casa sin engordar, y mucho más si hablamos de adelgazar, pero lo cierto es que se puede conseguir.
Solo necesitas seguir algunos trucos y claves para que comer en un restaurante no sabotee tu dieta. ¡Y sin renunciar a ningún plato!
Elige un buen restaurante
Intenta ir a un restaurante donde haya buena cocina. Parece una obviedad pero es importante elegir sitios donde sepas que cocinan con poca grasa y tengas alternativas sanas y sabrosas que puedas elegir.
Apuesta por un sitio de comida casera donde sepas que se cocina con ingredientes de calidad. Será bueno para tu paladar y para tu dieta.
Selecciona muy bien tus platos
Cuantos más ingredientes haya en un plato, muchísimas menos probabilidades habrá de que el plato en cuestión sea saludable.
Prescinde de rebozados para los entrantes. Suman muchas calorías sin darte cuenta y en todos los restaurantes puedes encontrar entrantes deliciosos y sanos. En las épocas de frío, ¿por qué no comenzar con una crema o un caldo? Una buena forma de entrar en calor, tomar un plato sano, rico en nutrientes y muy sabroso.
Si te apetece picar en el centro, elige platos que no tengan demasiada grasa. ¿Quién se resiste a un poco de marisco a la plancha? ¿O a unos mejillones al vapor?
En cuanto al plato principal, lo mejor es que elijas un plato con una base de proteína (carne o pescado), acompañado por una guarnición a base de verdura. Si en el restaurante tienen buena materia prima, disfrutarás de un plato muy sabroso.
¡Ojo con las bebidas!
La mayoría de las veces, el hecho de salir a comer fuera, hace que el agua se quede en un segundo plano, pero lo cierto es que lo ideal es comer siempre con agua.
No hay problema en tomar una copa de vino (el blanco tiene menos calorías) o una cerveza. Eso sí, no te excedas con el alcohol. Recuerda que tiene calorías vacías y pocos beneficios.
Trata de evitar los refrescos, tienen demasiado azúcar y mucho gas que te hará sentir hinchada.
Postre para compartir
Si no te puedes resistir al postre, entonces trata de compartirlo con alguien. Te quitarás el gusanillo, no te quedarás con las ganas, pero tomarás una porción bastante más pequeña.
Además, en la mayoría de cartas de restaurantes suelen tener varios postres elaborados con fruta. Buena alternativa para tomar un dulce, que no tenga demasiadas calorías.
Y después del postre… ¡Infusión! Si te gusta el té verde, estás de suerte. Además de ser rico en antioxidantes es quemacalorías.