¡Y TÚ QUE PENSABAS QUE TE CUIDABAS!
Llevas preparando igual el arroz toda la vida, siguiendo los consejos familiares, y ahora, de repente, resulta que es malísimo para tu salud. Demonios.
Si a un cocinillas le preguntas cómo hay que preparar el arroz, seguro que te dirá muy ufano que no tiene ciencia y que es simplemente respetar la clásica regla de dos partes de agua por una de arroz. Pues bien, ahora resulta que esta norma básica, este clásico básico que llevan repitiendo abuelas y madres desde tiempos inmemoriales está en entredicho. Han sido un grupo de expertos los que se han reunido para lanzar el warning sobre uno de los pilares básicos alimenticios de la humanidad. Y lo han hecho desde Egipto.
Allí, durante un encuentro de la Fundación Merck, que promulga la defensa de la salud como un derecho, se puso en tela de juicio nuestra manera de cocinar el arroz. Los investigadores en tema de fertilidad allí reunidos encontraron que el arroz que no se cocina adecuadamente contiene metales nocivos, sobre todo arsénico, que interfiere con los sistemas reproductivos y pueden llegar a provocar cáncer. Según el presidente de la Sociedad de Fertilidad de África, el profesor Oladopo Ashiru, los seres humanos absorben fácilmente grandes cantidades de metales pesados al comer el grano.
Y esto sucede porque no se cocina de manera correcta. La clave está en la preparación. En este vídeo te contamos qué es lo que debes hacer para reducir cualquier rastro de metales con arsénico. La solución es tan sencilla que parece increíble haber cometido el error durante todo este tiempo. Con esta acción y el cambio de proporciones que te proponemos, reducirás el nivel de materiales nocivos y tóxicos en más de un 80%. Nada más y nada menos. Es decir, que el arroz pasaría de ser un sospechoso habitual a un alimento perfectamente seguro.
De acuerdo, podríamos pensar que esta afirmación es solo una ida de olla de un grupo de tiquismiquis, pero no es así. Otros expertos coinciden con esta opinión: es el caso de Andy Meharg de la Queen's University de Belfast, que también desaconseja la proporción habitual de 2 a 1, ya que el agua se absorbe sin que el contenido en elementos nocivos se reduzca.
El profesor Meharg va un poco más allá y llega a comparar el consumo de arroz mal cocinado con el tabaco. Es decir, que del mismo modo, que las posibilidades de tener cáncer aumentan cuanto más se fuma, también lo hacen cocinamos cada parte de arroz con muy poca agua. En fin, resumiendo: que llevábamos preparando mal el arroz toda la vida y no nos habíamos dado ni cuenta. Y, encima, en este caso las consecuencias eran serias.