HAY PAREJAS FRUTALES EXPLOSIVAS
Ya dijo alguien algún día que no eran lo mismo dos peras que una pera y una manzana (o algo así). Y tenía razón. Porque es cierto que a menudo metemos a las frutas en el mismo saco y nos olvidamos de que algunas de ellas no se deben combinar, dicho sea esto, entendednos, en sentido absolutamente literal.
La combinación de algunas frutas puede producir digestiones pesadas y problemas estomacales, flatulencia e hinchazón. Aunque es cierto que el tema de las mezclas de alimentos no suele poner de acuerdo al gremio de doctores y nutricionistas ya que, mientras unos aseguran que estas teorías carecen totalmente de base científica, otros, generalmente los adscritos a medicinas alternativas, afirman que la mala combinación, en este caso, de frutas, puede dar lugar incluso a problemas graves de salud. Veamos cuáles son sus teorías:
-Naranja y zanahoria. Pese a que es una mezcla muy típica en zumos, batidos o 'smoothies' es cierto que la combinación de ambos alimentos puede aumentar el nivel de ácidos en el estómago y producir acidez y reflujo.
-Frutas dulces con ácidas. Entre las dulces encontramos el plátano, el melón, la pera, la papaya, la manzana roja, la ciruela, la frambuesa, la sandía, el higo y la chirimoya. Y entre las ácidas la naranja, el limón, el pomelo, el arándano o la piña. Ciertas ramas de la medicina natural aseguran que no deben mezclarse frutas dulces y ácidas en una misma comida, y que la idea es combinar siempre, en la medida de lo posible, frutas del mismo grupo.
-Semidulces con dulces y semiácidas con ácidas. Entre las semidulces encontramos mangos o fresas, y entre las semiácidas ciruela, níspero o kiwi. Las semidulces son perfectas para mezclar con las dulces en una misma comida, mientras que las ácidas pueden combinarse con las semiácidas.
-Las neutras van con todo. Avellana, coco, castañas o almendras se consideran frutas neutras, que pueden combinarse con otras frutas de cualquier otro grupo sin ningún problema.
-Cítricos y leche. No hay estudios científicos que avalen la vieja creencia de que no se puede mezclar leche con zumo de naranja, pero aún hay quien la defiende fervorosamente. La teoría es que la leche se corta en el estómago en contacto con el zumo, aunque quienes se oponen a esta teoría aseguran que la leche se corta siempre en el estómago en contacto con los ácidos que nos ayudan a hacer la digestión.