No, meterla en arroz con leche con vale
Una cucharadita de esta especia al día puede hacer maravillas por nuestra línea. Si la asociabas al dulce, esto cambiará tu opinión sobre ella.
Cuando pensamos en la categoría "cosas que nos hacen adelgazar", casi siempre, como decía un anuncio de cerveza, pensamos en verde. Los vegetales son lo primero que nos viene a la cabeza, pero en realidad hay más alimentos que nos pueden echar una mano en esto de perder peso. Uno de ellos es la canela, una especia que, curiosamente, solemos asociar a los postres. La inclusión de una cucharada de canela en nuestra dieta diaria puede ayudarnos, efectivamente, a perder peso. Y no solo eso, también nos echa un cable para prevenir enfermedades del corazón.
Pero, ¿qué es lo que tiene la canela y que la convierte en algo tan maravilloso? La canela tiene un efecto regulador sobre los niveles de azúcar en la sangre y, al mismo tiempo, aumenta los niveles de insulina en el cuerpo, con lo que acelera el metabolismo de la glucosa. Dado que los niveles altos de azúcar en la sangre pueden conducir a un mayor almacenamiento de grasa por el cuerpo, la canela ayuda a prevenir este aumento y, tachán, hace perder peso. Además, también influye en la forma en que el cuerpo metaboliza el azúcar, impidiendo que se transforme en grasa. Por si esto fuera poco, retrasa el paso del alimento del estómago al intestino, con lo que la sensación de saciedad es mayor. Ah, más cositas: al parecer, la grasa abdominal es más sensible a la acción de nuestra amiga la canela.
Aunque todo lo anterior ya serviría para considerarla un pequeño milagrito de color marrón, hay que recordar que la canela es rica en manganeso, hierro, calcio y fibra. Se ha utilizado desde la Edad Media para curar la diarrea, la indigestión y la hinchazón. Además, ayuda a prevenir la propagación de las células cancerosas, la formación de úlceras estomacales y echa un cable con las infecciones bacterianas de nuestro organismo. Los diabéticos de tipo 2 también pueden utilizarla para controlar el azúcar en sangre de forma eficaz y, además, se podrán beneficiar de su sabor dulzón.
Lo único que falta (y que seguro os estáis preguntando) es: ¿y cómo demonios la tomo? Si por algún casual lo de diluirla en un vaso de agua caliente no os ha convencido, tranquilos porque hay más. Se puede añadir en los cereales o la avena del desayuno o tomarse en forma de infusión. También en el café, en alimentos como la mantequilla o el queso fresco. En zumos queda requetebien y hay quien opta por echarse un poco encima de la tostada. Para aquellos reacios, tranquilos, hay cápsulas de canela que se venden preparadas para ser tomadas en cualquier lugar.