RICO Y SALUDABLE
El caldo es uno de los platos favoritos de muchos. A parte de ser delicioso y de ser muy sencillo de preparar, el caldo de huesos contiene numerosas ventajas para el organismo. Te sorprenderá lo importante que es tomarlo para tener una vida saludable.
El caldo es una opción rápida y muy rica para comer en cualquier época del año; sí, hasta en verano. Existen muchos amantes de la sopa. Y es normal, porque a parte de tener un sabor excelente, es muy beneficioso para la salud. Efectivamente, ahora entiendes la razón por la que el caldo de huesos que te hacía tu abuela de pequeño te curaba cualquier catarro o enfermedad.
Este caldo está hecho habitualmente con huesos de ternera, de cerdo o de pollo a fuego lento, aunque también se le pueden añadir verduras. Además, es una rica y potente fuente de nutrientes como colágeno, gelatina, vitaminas, aminoácidos, ácidos grasos o minerales altamente beneficiosos para la salud.
El tomarnos un plato de caldo nos aporta diversas propiedades a nuestro cuerpo. Por ejemplo, nos ayuda a fortalecer el sistema inmunitario, los huesos y las articulaciones. También, y esto te sorprenderá, mejora la salud digestiva, reduce la inflamación y aporta hidratación y elasticidad a la piel.
Sumado a esto, gracias a su bajo aporte calórico y su poder saciante, puede contribuir eficazmente en las dietas de pérdida de peso.
Con todos estos beneficios dan más ganas aún de disfrutar de una buena taza de caldo, algo tan sencillo como delicioso.
Su preparación es muy fácil. Solo debes disponer de una olla grande, agregar todos los huesos y verduras que quieras echar y llenar el recipiente con suficiente agua para que cubra todos los alimentos.
También añade sal y un poco de aceite.
En esta parte sí que es verdad que se requiere paciencia, ya que debemos cocerlo a fuego lento. Eso permitirá extraer todos los nutrientes mencionados anteriormente. Cuando ya haya pasado un tiempo, retira los huesos y verduras para obtener un líquido limpio y guarda el caldo en tus tarros favoritos como de costumbre.
Eso sí, deja enfriar el caldo antes de meterlo en la nevera. Y listo para degustar un buen plato de caldo como si te lo hubiera preparado tu abuela.