UN SIMPLE GESTO PUEDE CREAR UN MUNDO MEJOR
Siempre se ha dicho que el simple acto de escoger un producto u otro en el supermercado puede ayudar a cambiar el mundo. Y ahora han venido unos investigadores de Manchester a decirnos que algo tan intrascendente como comer un sandwich puede ser nefasto para el medioambiente.
Por lo visto, depende del bocata, pero estos estudiosos lo tienen bastante claro tras presentar los resultados de lo que ellos mismos definen como "el primer estudio que analiza la huella de carbono de los sándwiches, tanto caseros como preenvasados”. El tema interesa mucho en Gran Bretaña, pues la British Sandwich Association calcula que se consumen más de 11.500 millones de sándwiches cada año solo en el Reino Unido. Y en España, país del bocadillo, no andamos a la zaga.
Según el informe, los sandwiches que contienen carne de cerdo, queso y gambas contenían las huellas de carbono más altas. Y el peor de los peores fue uno que llevaba huevo, tocino y salchicha, porque generaba las mismas emisiones de dióxido de carbono que conducir un automóvil durante casi 20 kilómetros.
¿Cómo llegaron a estas conclusiones? Teniendo en cuenta el impacto ambiental de la crianza de varios ingredientes de sándwich, y su procesamiento, transporte, envasado y refrigeración antes de la compra y el consumo. Así que, para que un simple bocata sea menos contaminante, los investigadores recomiendan que te los hagas en casa y que reduzcas la cantidad de queso y carne.