Debajo del suelo también se puede comer

Bocados subterráneos: cinco experiencias gastronómicas bajo tierra

Sí, lo de comer en una azotea está muy bien, pero también hay buenos locales para disfrutar de una experiencia gastro bajo nuestros pies. De Madrid a Australia, pasando por Jaén.

El restaurante Bodega de los Secretos de Madrid, bajo el barrio de Las Letras.Bodega de los Secretos

Bodegas excavadas que sirvieron de refugio durante la guerra, cuevas históricas convertidas en restaurantes de lujo, suites que antes fueron las galerías de una mina, acueductos subterráneos que llevan a bellos aljibes y ciudades enteras escondidas a varios metros del suelo. Los mejores restaurantes están bajo tierra.

La Bodega de los Secretos, un restaurantes bajo tierra. | Cocinatis

Bodega de los Secretos (Madrid)

La Bodega de los Secretos nos invita a un viaje a través del tiempo hasta la época de los templarios, haciendo una pequeña parada en la Guerra Civil española. Se trata de un rincón escondido a las tropas de Napoleón, que se descubre este invierno para acoger al público más cosmopolita y gourmet de Madrid, apostando por una decoración moderna y una cocina mediterránea basada en el producto de temporada y las reminiscencias asiáticas. Los artífices de este proyecto reciben, atienden y desvelan personalmente los misterios que guarda esta bodega, como los refugios contra los bombardeos de la Guerra Civil o los pasadizos clandestinos que se descubrieron durante las obras y que eran utilizados por los comerciantes en el siglo XVII para evitar el impuesto que tenían que pagar si querían vender mercancía dentro de Madrid (uno de ellos se comunicaba con el antiguo hospital donde ahora se encuentra el Museo Reina Sofía). Todo ello mientras recorremos un laberinto de hornacinas de ladrillo cocido en las que el vino reposaba para alcanzar su madurez, y bajo las cuales ahora se disponen las mesas aprovechando la intimidad natural del espacio.

La espectacular cueva de Los Majuelos, en Jaén. | Cueva de Los Majuelos

Los Majuelos (Jaén)

Toda España parece comunicarse bajo tierra mediante pasadizos, cuevas y bodegas subterráneas. En el pueblo de Pegalajar, en Jaén, la cueva de Los Majuelos es un claro ejemplo de lo que la naturaleza pone al servicio del hombre. En el exclusivo escenario de una cueva natural abovedada, abierta en la roca caliza durante el neolítico, se encuentra un gran espacio de unos 1.000 metros cuadrados que sirve de salón a un hermoso restaurante donde se pueden admirar las estalactitas, estalagmitas y columnas, y degustar a la vez un exquisito menú.

El Chafariz lisboeta, un lugar único. | Chafariz do vinho

Chafariz da Mae de Agua (Lisboa)

Hay otra forma de recorrer Lisboa, y es bajo tierra. A través de un acueducto subterráneo del siglo XVIII, con 58 kilómetros de canales y galerías (12 de ellos transitables) que, desde un gran depósito que hoy acoge el Museo del Agua, van a parar a fuentes, palacios, conventos y hospitales de toda la ciudad. Es el único gran acueducto construido a la manera romana que puede visitarse actualmente. Precisamente en uno de los aljibes en los que finaliza uno de estos canales se encuentra Chafariz da Mae de Agua, una enoteca singular cuyas mesas se disponen en varios niveles respetando la arquitectura original del depósito de agua y donde se puede comer o cenar a base de petiscos y vinos portugueses.

Los Calaos de Briones, en la Rioja | Los Calaos de Briones

Los Calaos de Briones (La Rioja)

En este hotel y restaurante riojano, alrededor de 60 personas tienen la suerte de comer cada día en dos bodegas del siglo XVII que conservan todo el encanto y el sabor de la elaboración tradicional del vino. Comer... y también beber, pues el restaurante dispone de una amplia bodega con más de 70 referencias de Rioja, incluidos los de este pueblo (en el que se rodó la serie Gran Reserva) y alrededores.

El Desert Cave Hotel australiano, bajo tierra | Deser Cave Hotel

Desert Cave Hotel (Australia)

Coober Pedy no es un asentamiento minero cualquiera. Se encuentra situado en pleno desierto australiano, donde las condiciones climatológicas son duras y los mini-ciclones constantes. Por eso los trabajadores optaron hace mucho tiempo por enterrarse con sus familias bajo las colinas, a gran profundidad, en antiguos corredores excavados para extraer ópalo. Primero se llevaron las viviendas y más tarde las iglesias, los hoteles, los restaurantes, los comercios e incluso las galerías de arte. En este lugar se encuentra el único hotel subterráneo del mundo. En el Desert Cave Hotel y en él podemos vivir la experiencia de dormir bajo tierra, sin sonido ni luz natural, sin calor ni humedad, un lugar donde parece que el tiempo se detiene; y también cenar a unos cuantos metros bajo el suelo en su restaurante Umbertos.