SIN LÁCTEOS
Esta receta es la mejor solución para seguir disfrutando de esta deliciosa salsa sin sufrir digestiones pesadas.
¿Te cuesta digerir la leche de vaca? ¿Te gustan los lácteos, pero te pesa el estómago tras consumirlos? Si la respuesta a estas preguntas ha sido afirmativa, sigue leyendo porque esto te interesa.
Actualmente, las bebidas vegetales no solo las consumen las personas que siguen una alimentación vegana o vegetariana. Se han convertido en una buena solución para los intolerantes a la lactosa o para aquellas personas que, simplemente, notan pesadez en la barriga tras beber leche de vaca o sus derivados.
Una de las preparaciones lácteas por excelencia es la salsa bechamel, que se elabora con mantequilla, leche e incluso queso (en algunas recetas); pero esta preparación se convierte en un cóctel molotov para los intolerantes a la lactosa. Así pues, a pesar de estar deliciosa, la bechamel puede resultar un gran enemigo para las digestiones.
Para que puedas seguir disfrutando de esta salsa, te proponemos una receta de bechamel a base de bebida vegetal.
Receta de bechamel con leche vegetal
Esta versión de la bechamel tradicional, no solo es apta para todos los estómagos, sino que también es mucho más ligera y baja en grasa, puesto que elimina por completo los productos de origen animal. Por este motivo, es una opción fantástica para aquellas personas que quieran reducir la grasa de su alimentación, sin renunciar a una salsa sabrosa.
En cuanto al tipo de leche vegetal, puedes utilizar la que más te guste: soja, almendras, avena, sésamo, arroz, nueces, etcétera. En este sentido, ten en cuenta que el tipo de leche que escojas influirá en el sabor de la bechamel, ya que estas bebidas tienen un sabor muy marcado en función de su producto de origen.
Ingredientes:
Elaboración:
1. En un cazo, sin ponerlo al fuego, añade todos los ingredientes del listado.
2. Con la ayuda de unas varillas, integra todos los productos hasta que quede un líquido sin grumos.
3. Ahora, enciende el fuego a media potencia, incorpora el cazo y remueve.
4. Sin dejar de remover, espera hasta que la salsa llegue a hervir y adquiera la espesura y consistencia deseada.
5. Prueba un poco de bechamel para comprobar el punto de sal y, si el sabor es poco intenso, añade más condimentos.
6. Si ves que la salsa está demasiado líquida, puedes añadir más harina y remover para que no queden grumos. Si la textura no queda del todo fina, pasa la bechamel por la batidora.
¿Con qué platos puedo utilizar la bechamel vegetal?
La versión vegetal de esta salsa se puede cocinar exactamente igual que la clásica con mantequilla y leche de vaca. De este modo, la puedes utilizar para hacer croquetas veganas, canelones de verduras, lasaña o para acompañar verduras, como la coliflor.
Otro plato delicioso en el que puedes incorporar bechamel vegetal son los macarrones al horno. Simplemente, tienes que hervir la pasta, mezclarla con la salsa bechamel (sustituyendo al tomate frito), añadir queso rallado por encima y gratinar.
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