VIVIR PARA VER
Si la respuesta es sí, ya tienes a tu disposición esta criaturita recién creada por un grupo de jóvenes emprendedores que, en colaboración con la Universidad del País Vasco, han dado lugar al nacimiento de este brebaje "suave y apto para cualquier paladar". Este vino responde al nombre de Gïk.
Cuando preguntas a los seis jóvenes veinteañeros que, en colaboración con el departamento de I+D de la Universidad del País Vasco, han creado este irreverente Gïk, por qué motivo han decidido comercializar un vino azul su respuesta es "¿y por qué no?". Te contestan que por jugar, por divertirse, por probar, por desafiar lo establecido, probablemente por lanzar un reto al mundo del vino con una bebida de 11,5º, dulce, suave... y de un bonito color azul índigo.
Pese a que no puede considerarse propiamente vino, la categoría más cercana es la de bebida aromatizada a base de vino, en este caso en color azul porque, según sus creadores, "es un color que representa el movimiento y la innovación". En las catas a ciegas, la respuesta suele ser unánime: es un vino fácil, amable, que recuerda al txakolí, un vino dulce ideal para tomar en cualquier momento del día, perfecto para todas aquellas personas que no son muy fans de este brebaje.
Y sin ningún colorante artificial, ya que el color de Gïk procede de la selección de las uvas adecuadas y la adición de un pigmento natural llamado indigotina. Su precio de venta es de 10 € y puede adquirirse a través de su página web (http://gik.blue).
El resultado de semejante osadía, a cargo de un grupo de jóvenes que no proceden del mundo de la enología, es un vino divertido y controvertido a partes iguales, que cada vez se vende más en el País Vasco y que, pese a que escandaliza a algunos, causa en otros una simpatía infinita.