No es oro todo lo que reluce en estas dietas

¿Basas tu dieta en el consumo de proteínas? Atento a estos posibles riesgos

Fuera hidratos de carbono, dentro proteína. Llevas oyendo esto varios años como fórmula para perder peso. Pues resulta que no es así del todo...

Las dietas hiperproteicas también tienen riesgosWikipedia

Has dejado el arroz, la pasta y el pan. Los consideras el mal mientras que le das a la pechuga de pollo y al atún en lata como si no hubiera un mañana. En resumen, has asumido el mantra de gran parte de los nutricionistas modernos que han decidido que no hay nada mejor que desterrar los hidratos de carbono y abrazar la proteína para perder peso. Ojo, porque las dietas hiperproteicas también cuentan con algún que otro inconveniente. Artiem Fresh People, creadores del proyecto gastro sostenible Aportam, que cuenta con cuatro centros en Menorca y Madrid, nos explican la cara b de estas dietas.

Atún Rojo | Pixabay

Es una alimentación restrictiva. Sí, con esta dieta se se puede perder peso rápido, pero no deja de ser un modelo de alimentación en el que restringen grupos de alimentos, por lo que hay que hacerla puntualmente, nunca de manera permanente, para evitar la acumulación de cuerpos cetónicos en el organismo.
 ¿Qué es la cetosis? Se ha demostrado que el organismo, al no encontrar hidratos de carbono, debe recurrir a las grasas acumuladas en el cuerpo para utilizarlas como fuente de energía, lo que produce acidosis metabólica. Como consecuencia, se pueden producir alteraciones del sistema nervioso y en la contractibilidad de las fibras del músculo cardiaco favoreciendo la aparición de arritmias.

Las dietas con sobres y barritas, siempre con supervisión de un experto. 
Existen las llamadas dietas normoproteicas: con productos fabricados específicamente (sobres, barritas, tortillas, etc.) con la cantidad de proteínas que el cuerpo necesita. Estas requieren siempre la supervisión de un médico que adaptará la dieta a las necesidades y características de cada persona.


Carne (archivo) | Pixabay

Ojo a las grasas de la proteína animal. En las dietas hiperproteicas de origen animal, que se realizan con alimentos de gran valor proteico (carnes y pescados), se consumen más proteínas de las que el cuerpo necesita, además de ingerir una gran cantidad de grasas, lo cual puede conllevar riesgos para la salud. Conviene que parte de las proteínas vengan de una fuente vegetal para evitar esto.

Sobreesfuerzo de riñones e hígado. En las dietas proteicas, los riñones realizan un esfuerzo añadido para eliminar la proteína sobrante y el hígado para poder metabolizar los nutrientes, lo que puede incidir en el agravamiento de patologías ya existentes (insuficiencia renal) o en la aparición de otras.


Por otro lado, tampoco hay que olvidar que una dieta hiperproteica cuenta con numerosas ventajas, ya que las proteínas aportan energía y pocas calorías. Además. las proteínas producen un efecto saciante de forma prolongada y permiten controlar el apetito.
 Digerir alimentos ricos en proteínas produce en gasto energético mayor que otros nutrientes, también ayuda a aumentar músculo y, aunque se basa sobre todo en el consumo de pescado y carne, contempla la inclusión de lácteos desnatados, huevos, fruta, verdura, semillas, aceite de oliva (crudo), frutos secos…