Cómo cuidar tu mente
El cerebro es el órgano que consume más energía de todo nuestro cuerpo, y no es de extrañar. Más allá de que pesa alrededor de 1.300 y 1.600 gramos, es el órgano que más trabaja. Hay algunos alimentos que nos ayudan a mantener nuestro cerebro en forma, prevenir el envejecimiento celular, mejorar la memoria y mantenernos agudos y despiertos. Te contamos cuáles son.
Para mantener un cerebro activo, es muy recomendable consumir alimentos ricos en fósforo, vitamina B1, Omega3, vitamina E… Asimismo, los hábitos alimenticios tienen efectos directos sobre el trabajo de nuestro cerebro. Por ejemplo, saltarse el desayuno o no comer nada hasta el almuerzo disminuye sensiblemente nuestra concentración, así como comer o cenar cada día en horarios diferentes confunde nuestro centro de operaciones.
Hay algunos alimentos que son más indicados para mantener nuestro cerebro despierto y activo. El principal sin duda es el plátano, un superalimento en toda regla por lo que respecta a nuestro bienestar cerebral. Tiene efectos directos en la mejora del estado de ánimo y de la memoria, pues es una óptima fuente de triptófano (5-HTP), un aminoácido esencial que promueve la liberación de las hormonas de la melatonina y la serotonina, relacionadas con el buen humor y el aprendizaje. También es fuente de vitamina B1 y de vitamina E, entre otras. El plátano contiene hidratos de carbono, minerales, vitaminas, fibra y otros nutrientes, pero es libre de grasa, colesterol y sodio. Y por si fuera poco, le gusta (casi) a todo el mundo. Puede ser una alternativa perfecta para merendar tanto para adultos como para niños, y podemos incorporarlo en muchas recetas dulces y saladas.
Otro alimento especialmente rico en triptófano es el sésamo, que podemos utilizar en los aderezos para ensaladas, en la masa del pan casero o mezclar sus semillas con el yogurt. Su consumo, al igual que el plátano, estimula el aprendizaje y el buen humor. Un desayuno perfecto para estimular nuestro cerebro desde la mañana debería contener plátano, sésamo y una infusión de ginseng (planta medicinal china), que estimula las células del cerebro mejorando la concentración y las actividades cognitivas. Podemos complementar todo con una buena taza de avena, un cereal que contiene altos niveles de vitamina B1, fundamental para la memoria, y de fósforo, especialmente indicado para la formación del cerebro y del sistema nervioso durante la juventud. Y si queremos más vitamina B1, la yema de los huevos es el alimento perfecto.
La agudeza mental necesaria en los estudios o en el trabajo (aunque tampoco viene mal en los demás ámbitos de nuestras vidas) puede mejorar sensiblemente si incorporamos en nuestra alimentación verduras de hoja verde, como el brócoli, la acelga, la lechuga o el repollo. Es recomendable su consumición porque retrasan el deterioro de la mente y mejoran su agudeza. Lo mismo pasa con los frutos del bosque o los frutos rojos: cerezas, fresas, arándanos o frambuesas. Además de despertar nuestro cerebro, reducen la pérdida de memoria y son fuente de antioxidantes y antiinflamatorios.
Combatir el envejecimiento celular
Los antioxidantes son un elemento imprescindible para combatir el proceso de deterioro y envejecimiento celular. Al igual que cuidamos nuestra piel, debemos cuidar de nuestro tejido cerebral para que se mantenga joven. En este caso también podemos encontrar ayuda valiosa en una serie de alimentos cuyo contenido de antioxidantes es bastante elevado. La estrella, en este caso, es el chocolate negro (al menos 75% de cacao). Además de tener muchos antioxidantes, también es fuente de cafeína, que ayuda a concentrarse.
El snack sano por excelencia, los frutos secos, son otro buen ejemplo de alimento contra el deterioro celular. Nueces, almendras, pistachos o avellanas, rigurosamente sin sal y posiblemente no fritos, tienen mucha vitamina E, que protege nuestras células de los efectos del paso del tiempo. El mismo efecto podemos obtenerlo tomando una taza de té verde al día, o, si nos gusta experimentar cosas nuevas, una taza de té matcha. El té matcha es té verde molido: los beneficios antioxidantes del té verde se multiplican por 10 en una taza de matcha.
Por último, no debemos olvidar lo que nos han repetido hasta el cansancio nuestras madres y abuelas: el pescado hace bien al cerebro. En especial, deberíamos consumir más pescado azúl: el atún, el salmón, las sardinas o las anchoas son fuente de Omega3, que ayuda a prevenir el deterioro del rendimiento cerebral y cognitivo. Si no aguantamos el pescado, o bien no solemos consumirlo de forma muy habitual, una alternativa válida y bastante más práctica para ser incorporada a nuestra alimentación diaria, son las semillas de chía. También contiene altos niveles de Omega3. Consumirlas es muy fácil: hay que dejar las semillas en remojo toda la noche, ya sea en agua, bebidas vegetales o yogurt. Al día siguiente tendremos un pudding perfecto para merendar y cuidar de nuestro cerebro.
Ah, por si hiciera falta recordarlo, el cerebro también necesita mantenerse hidratado, como todo nuestro cuerpo. El consumo de 1,5 o 2 litros de agua al día es fundamental para nuestro bienestar físico y mental.