AL DENTE
Si eres un amante de la pasta, te interesará saber algunos consejos para que te quede tan buena como a los italianos. Cambiar pequeños detalles a la hora de cocer la pasta y echarle la salsa cambiarán por completo el resultado.
La pasta es uno de los platos más queridos y versátiles en la cocina mundial. Originaria de Italia, ha trascendido fronteras y culturas para convertirse en un alimento básico en muchos hogares alrededor del mundo.
Sin embargo, lograr que la pasta quede perfectamente cocida y deliciosa, como si hubiera sido preparada por un auténtico italiano, requiere un poco de técnica y atención. Por eso, en este artículo te damos algunos consejos a tener en cuenta para que no tengas que viajar al país en forma de bota para comer un buen plato de pasta.
El primer paso para cocinar pasta como un verdadero italiano es asegurarse de tener suficiente agua en la olla. Utiliza una olla grande y llena de agua para que la pasta tenga espacio para cocerse adecuadamente.
Como regla general debes tener en cuenta que se necesita aproximadamente 1 litro de agua por cada 100 gramos de pasta. Más agua asegura que la pasta se cocine de manera uniforme y no se pegue.
La pasta se beneficia enormemente de la sal añadida al agua de cocción, puesto que originalmente tiene un sabor muy suave. Agrega sal al agua justo antes de que comience a hervir, empleando alrededor de 10 gramos de sal por cada litro de agua. No lo hagas antes de tiempo o la sal no se disolverá.
Aparte de realzar el sabor de este alimento, añadir sal al agua hace que retenga menos almidón, lo que resulta en una textura más al dente.
Uno de los errores más comunes al cocinar pasta es escurrirla con agua fría después de cocinarla. Esto detiene la cocción abruptamente y elimina parte del almidón que ayuda a la salsa a adherirse a la pasta. En lugar de eso, escurre la pasta en un colador y sacude ligeramente para eliminar el exceso de agua caliente.
Antes de escurrir la pasta, recuerda reservar una taza del agua de cocción. Esta agua, rica en almidón y sal, se convierte en un ingrediente valioso para ajustar la consistencia de la salsa que le echarás después.
Si la salsa parece un poco espesa, añade gradualmente un poco de esta agua para alcanzar la consistencia deseada y lograr una perfecta unión entre la salsa y los macarrones, espaguetis o cualquier otro tipo de pasta.
El último paso crucial es asegurarte de que la pasta no se sobrecocine al mezclarla con la salsa caliente. Cocina la pasta hasta que esté casi al dente antes de mezclarla con la salsa en una sartén grande. La pasta continuará cocinándose ligeramente mientras se combina con la salsa, así que retírala del fuego un poco antes de que alcance la textura deseada. Esta precaución evita que la pasta se vuelva demasiado blanda y mantiene esa deliciosa textura al dente.