RESULTADOS NATURALES
La medicina estética avanza y cada vez se consiguen tratamientos con mejores resultados y más naturales. Tras la celebración del IMCAS World Congress, los expertos de IMR destacan 3 procedimientos estéticos que triunfarán este 2024.
La medicina estética cada vez tiene una mayor aceptación, también entre la gente joven, por lo que las técnicas que se utilizan en el sector están evolucionando a pasos agigantados.
Tras el reciente IMCAS World Congress, un congreso médico que engloba los últimos avances en cirugía plástica, estética y dermatología, los expertos del Instituto Médico Ricart (IMR), un destacado centro de dermatología a nivel internacional, han señalado 3 tratamientos que marcarán tendencia en el año 2024.
Estos procedimientos destacan por enfocarse en la naturalidad, es decir, lograr resultados que realcen la armonía facial y corporal sin dejar rastro evidente de que ha habido un tratamiento estético.
El primer tratamiento que destacan son los polinucleótidos polimerizados, los que aseguran que son "una revolución en el campo de la medicina estética", ya que permiten rejuvenecer el aspecto de la piel sin añadir volumen al rostro.
Estas moléculas "son capaces de crear el ambiente propicio para estimular el crecimiento y reparación celular", promueven la síntesis de sustancias esenciales como el ácido hialurónico, el colágeno y la elastina, y contrarrestan los efectos de los radicales libres con su poder antioxidante.
A diferencia de otros tratamientos, los polinucleótidos no dejan huella estética y son efectivos en diversas áreas como el rostro, escote, cuello, glúteos, abdomen o piernas. Su aplicación es indolora y se hace mediante inyecciones intradérmicas. Su precio mínimo es de 250 euros y los resultados son visibles desde la primera sesión, con efectos duraderos de seis a doce meses.
¿Qué se puede esperar? En el rostro, una mayor definición de los contornos faciales, además de más elasticidad, flexibilidad e hidratación profunda. Todo esto contribuye a la redensificación y el engrosamiento de la dermis. Por otro lado, si se aplica en el cuerpo, la piel recupera su elasticidad y se vuelve más firme y tersa.
Ultherapy fue una gran innovación en 2010, presentándose como una opción líder en tratamientos no invasivos, un revolucionario procedimiento que utiliza ultrasonido focalizado para reafirmar la piel.
La novedad para el 2024 es la combinación de Ultherapy con la toxina botulínica, formando un dúo dinámico para enfrentar las arrugas más persistentes. Ultherapy, al enviar ultrasonidos de forma focalizada al sistema aponeurótico muscular superficial (SMAS), reduce arrugas y mejora la firmeza, explican, los expertos del centro de dermatología fundado por el Dr. José María Ricart. Por otro lado, destacan que la toxina botulínica se encarga de tratar y prevenir las arrugas dinámicas generadas por movimientos repetidos del músculo.
¿El resultado? Un efecto lifting sin cirugía que suaviza las líneas más marcadas en la frente, entrecejo y patas de gallo. La piel no solo se torna más firme, sino también más suave y con un tono más uniforme. El precio de ambos tratamientos puede ascender a los 1.500 euros.
Potenza, es el tercer tratamiento que estacan los expertos de IMR, y lo definen como ese "todoterreno capaz de combatir la flacidez, remodelar el óvalo facial y atenuar arrugas, cicatrices y lesiones de acné, mejorando el estado general de la piel".
Por un lado, provoca un daño mecánico mediante microagujas que estimulan la síntesis de colágeno. Por otro, aplica calor a la profundidad elegida por el especialista, promoviendo una producción de colágeno superior.
Lo mejor de este tratamiento es su capacidad para trabajar no solo en el rostro sino también en el cuerpo, siendo una opción ideal para aquellos que buscan combatir la flacidez facial o corporal, descolgamientos postparto o mejorar la apariencia de cicatrices.
Con resultados notables desde la segunda sesión, la estimulación del colágeno perdura hasta doce meses después del tratamiento. Menos invasivo que la cirugía plástica, Potenza solo requiere la aplicación de una crema anestésica para garantizar una experiencia cómoda. Normalmente, se paga a partir de 400 euros.