DE DÍA Y DE NOCHE
A pesar de la creencia popular, no todas las personas necesitan usar una hidratante a diario. En función de la edad, el tipo de piel, la estación del año y el lugar de residencia será más perjudicial que beneficioso usar crema cada día.
Durante muchos años, hemos pensado que la hidratación de la piel de la cara era un pilar fundamental en el cuidado de la piel y como prevención y tratamiento de las arrugas y demás signos del envejecimiento cutáneo.
Sin embargo, en estos últimos años, los dermatólogos hemos dedicado más esfuerzo en entender el comportamiento de la piel de la cara y en comprender las causas del envejecimiento cutáneo según el tipo de piel.
La mayoría de la población tiene la piel grasa o normal-grasa, sobre todo en menores de 50 años, gracias a la influencia hormonal de los andrógenos sobre la unidad pilo sebácea que estimulan la producción de sebo.
Con el paso de los años, la estimulación hormonal disminuye y algunas personas notan que su piel tiende a ser más seca o normal-seca.
Así mismo, las condiciones ambientales también influyen en tener la piel de la cara seca o grasa.
En un clima húmedo y tropical, la piel mantendrá mejor su hidratación y manto lipídico. Sin embargo, en un clima frío, seco y con viento se producirá una pérdida mayor de agua, alteración del manto lipídico e irritación de la piel. Estos motivos deben tenerse en cuenta a la hora de recomendar aplicar hidratante facial cada día o no.
La definición de hidratante sería un cosmético que ayuda a restaurar nuestro manto lipídico, aportar principios activos que capten agua o aportar componentes como las ceramidas necesarias para una barrera cutánea sana.
Sin embargo, en las condiciones normales comentadas previamente, nuestro organismo ya se encarga de mantener sana, reforzada e hidratada nuestra piel, con una adecuada cantidad de sebo, incluso en algunas personas de forma excesiva.
Por estos motivos, no todas las personas necesitan aplicar hidratante cada día y muchos menos mañana y noche, ya que, si aportamos más grasa de la necesaria a la piel, en lugar de ser positivo sería perjudicial para el adecuado equilibrio y funcionamiento de la barrera cutánea, de la microbiota cutánea y puede incluso fomentar al taponamiento del poro.
Otro aspecto relevante a la hora de elegir una hidratante facial es el vehículo o la base del cosmético:
La elección de vehículo o base del producto dependerá por un lado del tipo de piel, por ejemplo, en pieles jóvenes y con tendencia acnéica siempre elegiremos fluidos, emulsiones o gel-crema. En cambio, en pieles maduras puede preferirse una crema.
Y, por otro lado, influirá la estación del año y las condiciones climáticas: