NO SIGAS TENDENCIAS, INSPÍRATE EN ELLAS
Seguimos tendencias casi sin darnos cuenta pero, ¿por qué? ¿Cómo podemos encontrar nuestro propio estilo sin caer en ellas?
En primer lugar, habrá que considerar qué es una tendencia. Según la RAE “tendencia” es: f. Propensión o inclinación en las personas y en las cosas hacia determinados fines. Ó, f. Idea religiosa, económica, política, artística, etc., que se orienta en determinada dirección. Por lo tanto, tendencia, a fin de cuentas, es una inclinación de las personas en busca de un objetivo. Pero, ¿ha sido siempre así?
A lo largo de la historia el ser humano se ha guiado por tendencias, ya fueran religiosas, políticas, humanísticas, tecnológicas, etc. En el ámbito de la moda, tendencia es aquello que marcan las grandes firmas para guiar la forma de comprar y vestir de los consumidores. Pero, ¿por qué es así?
Es muy sencillo, para crear una necesidad. La moda necesita del deseo del consumidor para subsistir.
Usando una analogía académica - que a día de hoy es lo único que conozco - cuando estudiamos nos hacemos apuntes y un pequeño esquema que es el que nos va guiar entre las montañas de libros y conocimiento que adquirimos, este esquema, en la vida real, podríamos decir que es una tendencia; el tipo de colores que se llevan, los tejidos, las texturas, las formas, los cortes, ¿se llevará el pantalón de pierna ancha o el pitillo? Son miles de preguntas con respuestas sencillas y cambiantes, además de cíclicas, cada año se repiten por temporadas (primavera, verano, otoño e invierno).
Pero, ¿seguimos esto de manera consciente o inconsciente?
Hasta los que huyen de las modas convencionales, acaban formando grupos antitendencia y acaban vistiendo todos de forma similar, por lo que terminan por crear una nueva tendencia sin saberlo. Hasta el leñador solitario en Canadá tiene un patrón a la hora de vestir, de manera que asocias la camisa de cuadros a aquel que pasa de la moda o no quiere seguir un patrón. De esta manera, nos damos cuenta, de que hasta aquellos que se ríen de los patrones de moda convencionales, han caído en ellos.
No hace falta comprar cada semana en Zara o ver todos los meses las revistas de moda para ser una persona que sigue las tendencias, todos, consciente o inconscientemente, incluso nos fijamos cuando andamos por la calle en esa persona que nos llama la atención su estilo, queda grabado en nuestra mente y acabamos creando una imagen en nuestra cabeza de un estilo que nos gustaría seguir, y esto, a fin de cuentas, es seguir una tendencia.
Pero entonces, ¿es posible encontrar tu propio estilo en un mundo tan organizado?
Personalmente, creo que no tienen por qué ser enemigos, es posible apoyarte en tendencias y es incluso divertido. La economía tiene tendencias, la ciencia tiene tendencias, el arte tiene tendencias… Lo que no significa que los artistas, científicos o economistas sean esclavos de ellas, así que es bastante lógico que tú te inspires en grandes firmas, celebridades e incluso “influencers” para crear tu propio estilo, sin sucumbir en ellas. Pero ahí está la clave, en inspirarse. Lo bonito de la moda es que es, en cierto modo, la manera de decirle al mundo quién eres y cuáles son tus intenciones.
Lo creativo es abrir por las mañanas tu armario y pensar, dedicar cinco minutos de tu tiempo para decir, ¿quién quiero ser hoy? Porque, al fin y al cabo la moda, como cualquier arte, es una forma de expresión. A lo mejor tienes que bucear en el armario de tu madre, de tu hermano, incluso de tu padre para salir ese día de casa… Esto es lo que yo encuentro verdaderamente innovador, teniendo un mapa interior de lo que quieres conseguir - que al final, la tendencia no deja de ser un mapa interior - dejarte guiar por la fantasía de tus ideas, de una imagen que tienes en tu cabeza que has visto en algún lado, recrearla de manera única con la ropa que ya tienes en tu armario.
En mi caso, a la hora de vestir, cada vez empiezo por una prenda, puede ser desde una camisa o un pantalón, hasta unas gafas de sol o un peinado concreto, la cuestión es que me inspiro de las cosas más pequeñas y cuando lo hago, suelen salirme los mejores resultados. Porque no hay nada mejor que trabajar con lo que ya tienes en tu armario, crear y reinventarte.
La clave está en ser cada día una persona distinta, única y especial, y no por ello debes ir a la última moda, o de manera excéntrica y llamativa, sino que a todo lo que te pongas le añadas lo más importante, la actitud. Tu personalidad será lo que te haga único, esto es tu propio estilo, la forma en la que tú lleves las cosas, la fuerza con la que salgas cada día por la puerta, seguro de ti mismo, con una mirada desafiante y listo para comerte el mundo.
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