LO QUE DEBES SABER
Los rellenos estéticos son cada vez más populares, pero muchas personas todavía tienen dudas sobre su seguridad y duración. En este artículo, exploramos los secretos detrás de estos tratamientos de la mano de expertos de IMR. ¿Son realmente seguros? ¿Pueden cambiar tu rostro para siempre?
Los rellenos faciales han recorrido un largo camino desde sus inicios en la década de los 90. Al principio, se utilizaban en exceso, lo que resultaba en una apariencia exagerada y poco natural. ¿Recuerdas la famosa "boca de pato"? Esto se debía a técnicas menos refinadas y a la búsqueda de resultados dramáticos. Los labios de Donatella Versace son un claro ejemplo de los excesos de la época.
Sin embargo, gracias a los avances en la medicina estética y a la personalización de los tratamientos, hoy en día se logran resultados mucho más naturales y armoniosos.
Los rellenos faciales son sustancias inyectables que se utilizan para añadir volumen, suavizar arrugas y mejorar los contornos faciales. Los más comunes incluyen el ácido hialurónico y los inductores de colágeno, como el ácido poliláctico y la hidroxiapatita de calcio. Cada uno tiene sus particularidades y aplicaciones específicas. El ácido hialurónico, por ejemplo, es popular por su capacidad de integración con los tejidos y su naturaleza reversible, siendo ideal para áreas como los labios y los pómulos.
La Dra. Carmen Górriz, médico-estético de IMR, enfatiza la importancia de acudir a un profesional experimentado. "Es crucial que el especialista ajuste las cantidades de relleno a las necesidades individuales del paciente y utilice técnicas precisas para evitar efectos no deseados, como el Pillow Face, que ocurre cuando se inyecta demasiado relleno, creando un aspecto inflado y antinatural", señala la doctora.
En términos de duración, los rellenos de ácido hialurónico suelen absorberse entre 6 y 12 meses, mientras que otros, como la hidroxiapatita de calcio, pueden durar hasta 18 meses. No obstante, ambos retoques pueden dejar "restos" en forma de cambios sutiles en la estructura del tejido, ya que "este relleno atrae y retiene agua, lo que puede causar un aumento del volumen". Aunque es raro, la experta asegura que "puede migrar ligeramente desde el lugar de la inyección, especialmente si se inyecta aplica en exceso o en áreas con mucha movilidad". Para evitarlo, la Dra. Gorriz recomienda "seguir un plan de tratamiento adecuado, no abusar de las inyecciones y considerar la disolución de cualquier exceso con hialuronidasa si es necesario".
Por otro lado, algunos rellenos permanentes, como los basados en silicona, pueden modificar los rasgos faciales de forma duradera y presentar más problemas, como infecciones crónicas, formación de bultos o nódulos, debido a su incapacidad para ser reabsorbidos por el cuerpo.
Para un resultado natural y armonioso, en IMR recomiendan combinar los rellenos de ácido hialurónicocon otros tratamientos de rejuvenecimiento facial, como Ultherapy y radiofrecuencia con microagujas. Además, la sinergia con toxina botulínica y láser puede mejorar la textura y el tono de la piel, logrando una apariencia rejuvenecida sin parecer artificial.
Los especialistas en rellenos explican también que cada rostro es único, y por eso es esencial personalizar los tratamientos estéticos. La Dra. Górriz destaca que en IMR se realiza una evaluación detallada del paciente y un análisis exhaustivo de la anatomía facial y sus necesidades estéticas antes de cualquier intervención. "Este enfoque asegura que se elija el relleno más adecuado y se logren resultados naturales y satisfactorios", concluye la especialista.