PIEL PERFECTA
Los ácidos BHA o betahidroxiácidos son unas sustancias liposolubres que penetran en la piel por los folículos sebáceos, por lo que son útiles para tratar el acné y la piel grasa o inflamada.
En el mundo de la cosmética, los ácidos son el gran "hit" de los últimos años. Serums, tratamientos, inyecciones… Estas sustancias se han convertido en las mejores aliadas para cuidar el rostro y mantenerlo liso, firme y brillante durante más tiempo.
Los hidroxiácidos, conocidos por sus propiedades estimulantes de la renovación de la piel, son los ácidos cosméticos más populares, ya que son los protagonistas de las exfoliaciones químicas.
Dentro de los hidroxiácidos encontramos tres subtipos: los AHA, los BHA y los PHA. De los primeros ya te hablamos en este artículo de NovaMás, por lo que ahora vamos a profundizar en las características de los BHA o betahidroxiácidos.
¿Qué son los ácidos BHA o betahidroxiácidos?
Los betahidroxiácidos tienen como característica principal su limitada solubilidad en agua. Al ser liposolubles, penetran en la piel a través de los folículos sebáceos, por lo que se suelen utilizar para tratar el acné y la piel grasa o inflamada.
El BHA más conocido es el ácido salicílico, una sustancia que se obtiene de las hojas y la corteza de algunas plantas, como el sauce blanco. Al penetrar en los poros, este ácido ayuda a limpiar la piel en profundidad, acabando con los puntos negros y el resto de suciedad que se acumula en nuestra dermis.
Otro de sus beneficios es que regula la producción de sebo, por lo que contribuye a disminuir la sensación de piel grasa. También combate el acné con su acción antimicrobiana.
Además, este tipo de ácidos no son tan irritantes como los AHA, por lo que son más indicados para las pieles sensibles.
Lo que debes saber sobre el ácido salicílico
Seguramente, si vas a usar un producto con betahidroxiácidos, este llevará ácido salicílico en una concentración máxima del 2%, pues es el límite permitido. Además, no está permitido su uso en pieles infantiles.
Aparte de ser recomendado para combatir el acné, el ácido salicílico también se usa en casos de psoriasis, callos, tratamiento de verrugas y eliminación de la caspa -por eso es un componente habitual en los champús con este propósito-.
Presente en la aspirina
Lo más curioso es que este ácido es la materia prima con la que se obtiene el ácido acetilsalicílico, popularmente conocido como aspirina. Este betahidroxiácido, se trata con anhídrido acético para conseguir este fármaco tan usado como inflamatorio, analgésico y antipirético.
La primera persona que sintetizó el ácido acetilsalicílico fue el químico francés Charles Frédéric Gerhardt, en 1853, pero en esa ocasión lo hizo combinando salicilato de sodio con cloruro de acetilo.
Usado como fármaco en el antiguo Egipto
La primera referencia que se ha encontrado sobre el ácido salicílico como fármaco es un texto médico egipcio de 1543 a. C, en el que se indica que el sauce y el mirto -otra planta-, tienen propiedades beneficiosas.
Hipócrates recomendaba preparaciones con estas plantas para tratar el dolor del parto o bajar la fiebre.
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