LO GRATIS SALE CARO
Las tiendas de cosmética tienen grandes lineales divididos por marcas en los que puedes probar los pintalabios, los delineadores, los polvos compactos e incluso las máscaras de pestañas para asegurarte de que son de la tonalidad, brillo y textura que deseas. Sin embargo, usarlos puede ser peligroso. Te explicamos por qué.
Estaremos todas de acuerdo que no se nos ocurriría compartir el cepillo de dientes con nadie, y menos con desconocidos. Tampoco lo haríamos con la manopla de la ducha o los cubiertos.
Seamos personas escrupulosas o no, hay ciertos productos y utensilios que los consideramos de uso personal, artículos que forman parte de nuestra higiene íntima, que se ajustan a nuestras necesidades y que tocan partes sensibles de nuestro cuerpo.
No obstante, algo innato del ser humano -al menos de los que formamos parte de nuestra sociedad- es el aprovechar todas las ofertas, descuentos y productos gratuitos que podemos encontrar en el mercado.
Eso es justamente lo que pasa con los "tester" de los productos de cosmética. ¿Cuántas veces hemos entrado en una tienda de productos de belleza y hemos visto los lineales de cosmética arrasados? Los productos de muestra suelen estar muy usados, rotos, resecos, incluso caducados.
Están para mirarlos, olerlos y analizarlos de cerca con el objetivo de familiarizarte con el producto y ser capaz de apreciar las diferencias de tonalidad, textura y brillo entre un ejemplar y otro. Pero no para usarlos directamente sobre tu piel. En este artículo te explicamos por qué no es buena idea emplearlos. Sigue leyendo.
Contagio de enfermedades
En los tiempos que corren, después de vivir una pandemia mundial, quizá estamos mucho más alerta sobre el contagio de virus. Sin embargo, nunca está de más recordar que hay productos de aseo personal, como los cosméticos, que no se deben compartir con nadie, y mucho menos con desconocidos.
Estafilococos, hongos y levaduras
Aunque es más probable que el contagio se desarrolle con el contacto directo entre personas, los hongos, las bacterias y los virus también son capaces de vivir y reproducirse en productos que mantengan algo de humedad.
Los estafilococos originan la mayoría de las infecciones en la piel o en los ojos -como granos u orzuelos-, mientras que los hongos con los principales causantes de las reacciones alérgicas más comunes -rojeces y picazón-.
Es muy sencillo contagiarse de un herpes, por ejemplo, si pruebas un labial de un muestrario de pruebas que está disponible para que cualquiera que pase lo utilice. Sin embargo, esta recomendación es extensible a todo tipo de maquillaje, no solo concierne a los pintalabios, sino que la máscara de pestañas, los correctores, los coloretes líquidos, los maquillajes y todos los productos cremosos o líquidos pueden ser una fuente de contagio.
Medidas de higiene
Las tiendas especializadas en este tipo de productos suelen poner a la disposición de los clientes toallitas húmedas, gel desinfectante, o alcohol para retirar los productos probados. Sin embargo, estos artículos de higiene únicamente matan algunas bacterias, y los virus y los hogos ni se inmutan.
Las personas que trabajan en estos establecimientos tienen protocolos de limpieza -como la desinfección periódica de los lineales, o la limpieza de los productos de maquillaje-, pero aún así, no merece la pena probar sobre tu piel ningún cosmético. Ni tan siquiera sobre las manos, pues el contacto directo con cualquier parte de la epidermis puede ser una fuente de contagio de las infecciones más comunes.
Celo y lavado de manos
Si consideras básico probar los cosméticos, la recomendación sanitaria es que te coloques un trozo de cinta adhesiva transparente sobre el dorso de tu mano y que pruebes sobre ella el producto. De este modo puedes hacerte una idea del color y la densidad que tiene antes de decantarte por uno u otro.
Asimismo, lo más recomendable es lavarte bien las manos con agua tibia y jabón una vez salgas de la tienda.