MEDICINA ESTÉTICA
Pendientes pesados, tirones e infecciones, estás son las causas más comunes de los lóbulos desgarrados.
El uso continuado de pendientes largos o pesados puede ir dilatando los agujeros de las orejas hasta llegar a romperse. El hecho de que los agujeros se ensanchen es algo completamente normal e inevitable con el paso de los años. Sin embargo, cuando adoptan un tamaño considerable puede ser motivo de preocupación, no solo porque se puedan llegar a romper, sino también porque resulta antiestético.
La solución a este problema podría ser, aparentemente, fácil: dejamos de llevar pendientes durante una temporada y se irán cerrando progresivamente. Pero no es tan sencillo como parece, sobre todo, si el tamaño de los agujeros es grande y hace muchos años que llevamos pendientes. Pero entonces, ¿no hay solución? Lo analizamos a continuación.
¿Por qué se rasgan los agujeros?
Antes que nada, hay que aclarar que existen dos tipos de agujeros rasgados. Por un lado, están los agujeros rasgados de forma parcial, es decir, alargados y de gran tamaño, pero que no llegan a dividir el lóbulo completamente. Por otro lado, están los agujeros rasgados de forma total y, por lo tanto, que producen una separación completa del lóbulo en dos partes.
En ambos casos este desgarro suele aparecer por la utilización de pendientes pesados durante un tiempo prolongado. También se puede producir un desgarro accidental, por tirones o enganches. Por último, utilizar pendientes de materiales que puedan producir alergias puede provocar infecciones que den lugar a heridas y, por lo tanto, a desgarros de los agujeros.
Obviamente, no todos los tejidos responden de la misma forma a los pendientes pesados y a los otros factores que provocan el desgarro. El hecho de que los agujeros se agranden más o menos dependerá de la laxitud del tejido del lóbulo de la oreja que tenga cada persona.
¿Tiene solución?
Lo que está claro es que si dejas de utilizar pendientes o empiezas a utilizar joyas que no pesen los agujeros no se van a agrandar más, pero no van a reducir de tamaño. Entonces, para reducir los lóbulos rasgados de manera definitiva es necesario pasar por quirófano.
En esta intervención, llamada lobuloplastia, el agujero se cubre por completo con tejido nuevo y, después, se realiza una sutura cruzada en sentido perpendicular al rasgado. Este tipo de operación es la que se utiliza también para cerrar dilataciones.
La buena noticia es que esta es una intervención muy sencilla. De hecho, se hace de forma ambulatoria, no dura más de media hora y se utiliza solo anestesia local. Además, no es necesario solicitar la baja, ya que no imposibilita en ningún caso.
En casa, no hay más que aplicarse las curas que ha indicado el médico. Después de una semana o diez días de la intervención, se retira la sutura y, pasado un mes, se pueden volver a hacer nuevas perforaciones, si así lo desea la persona.
Con ácido hialurónica
El ácido hialurónico se ha convertido en la gran estrella de la medicina estética por su gran versatilidad y por ser un producto poco invasivo. El caso es que esta sustancia también se puede utilizar para reducir los agujeros de las orejas con desgarros poco pronunciados sin pasar por una cirugía.
Ahora bien, esta no es una solución permanente porque el ácido hialurónico solo tiene la función de rellenar. Por lo tanto, tal y como rellena, con el tiempo se deshincha. De este modo, para mantenerlo debes hacerte una o dos infiltraciones al año.
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