MÁS QUE ESTÉTICA
Empujar la cutícula de las uñas con un plano de naranjo para retirar la piel y que la uña parezca más grande es una práctica habitual para lucir la mejor manicura posible. Pero no está recomendada por los especialistas en dermatología. En este artículo te explicamos por qué no es una buena idea.
El cuidado de las uñas se ha convertido en los últimos tiempos en un must, es una práctica que cada vez pasa menos desapercibida y esa parte de nuestra apariencia no solo es un indicador de salud, sino que es una expresión artística del estilo personal y forma parte de la imagen que queremos transmitir a los demás.
Más allá de la forma o del color de laca de uñas que decidas llevar, hay un aspecto relacionado con las uñas que no pasa desapercibido: las pieles circundantes. Muchas personas se muerden y arrancan las pieles de alrededor de las uñas y, en la gran mayoría de los centros de estética, cuando te hacen la manicura, te retiran la cutícula y la cortan para que se vea una uña más grande.
En NovaMás hemos encontrado una publicación de la dermatóloga Ana Molina, que desaconseja esta práctica de forma implacable bajo el lema ¡No seas cavernícola, no retires la cutícula! Dado que puede acarrear consecuencias negativas para la salud de las uñas.
La cutícula es una barrera natural que protege la parte más importante de la uña: la matriz ungueal, donde se encuentran las células madre que forman la uña. Contribuye a mantener la integridad estructural de la uña al sellar la unión entre esta y la piel circundante y, además, actúa como barrera protectora contra irritaciones y lesiones.
Si la empujas con un palo de naranjo y la cortas o directamente la arrancas, dejas la uña vulnerable y expuesta. Retirar la piel circundante de la uña puede favorecer que entre humedad, suciedad, bacterias u hongos a la base de la uña que podrían causar diversos problemas dolorosos.
Si, además, lo haces de forma muy frecuente, puedes provocar un daño permanente en la matriz que puede provocar que la uña no crezca adecuadamente e, incluso, provocar que crezca deformada para siempre.
No retirar ni eliminar la cutícula fomenta un entorno propicio para el crecimiento saludable de las uñas. Esto es esencial para mantener unas uñas fuertes y resistentes a lo largo del tiempo.
Aunque la estética inmediata puede parecer mejor opción al retirar la cutícula, a largo plazo, esto puede conducir a problemas estéticos como uñas desfiguradas y cutículas más gruesas y duras. El cuidado adecuado de las cutículas contribuye a una apariencia más pulida y saludable en el tiempo.
En lugar de eliminar la cutícula, lo más recomendable es utilizar cremas o aceites hidratantes para suavizarla. Este método preserva la función protectora de la cutícula, garantizando unas uñas más fuertes y saludables.
Mantener las uñas limpias y secas, evitar el uso excesivo de esmaltes y proporcionar nutrientes esenciales a través de una dieta equilibrada contribuyen al bienestar general de las uñas.
Si sigues estos consejos puedes adoptar prácticas de cuidado conscientes y puedes disfrutar de unas uñas hermosas que reflejen buena salud y estilo personal.