PREVENCIÓN
La aparición de manchas en la piel es habitual con la edad y, aunque en la mayoría de casos son inocuas, a muchas personas les parecen antiestéticas. Existen diferentes maneras de prevenir su aparición y también diversos tratamientos para eliminarlas.
Pese a que casi todas las mujeres tienen manchas en la piel, que se deben al envejecimiento, los efectos del sol y a cambios hormonales que se dan tanto en los embarazos como llegada la menopausia, entre otros factores, hay que estar atentas a su morfología y características. Según Domingo Bodet, dermatólogo del Servicio de Dermatología del Hospital Vall d'Hebron, en Barcelona, es fundamental "Vigilar posibles cambios y consultar con un especialista si se diese alguno de los signos de alerta sobre los que conviene estar atentos". Entre ellos, el especialista destaca la presencia de granitos, costras o úlceras que sangran y no se curan al cabo de un mes.
El dermatólogo habla de los criterios de alarma A-B-C-D-E a la hora de saber si una mancha o nebus son malos: asimetría, bordes irregulares, color heterocromo (negro, azulado o marrón oscuro), diámetro de más de 6 mm o evolución cambiante (se oscurece, sangra o pica). Si se presenta alguno de estos síntomas es conveniente consultar un dermatólogo para descartar cáncer de piel, que en el caso de melanoma tiene una tasa de supervivencia a los cinco años del 90%.
La mayor parte de manchas que tenemos en la piel, sin embargo, son benignas y, aunque en muchos casos apenas se notan, suponen un problema estético para algunas de las personas que las padecen. Las causas son múltiples, y entre ellas se encuentran el factor genético y la edad, las infecciones cutáneas o, una de las principales, la exposición solar. Esto no significa que no debamos tomar el sol, sino, según Bodet, que debemos hacerlo con cuidado. "Para proteger la piel hay que evitar tomar el sol a las horas de máxima incidencia (de 12 a 17 h), además de repetir la aplicación de fotoprotector cada dos horas", señala. Es importante escoger el fotoprotector adecuado a nuestro tipo de piel y emplear pantalla total en la cara si queremos evitar la aparición de manchas, además de usar gorro y gafas de sol cuando nos expongamos directamente.
Otro error habitual que puede dar lugar a la aparición de manchas en la piel es proteger el rostro del sol únicamente cuando vamos a la playa o nos exponemos de forma directa, y en muchos casos únicamente en verano. Es importante usar una crema protectora con un factor de protección alto (como mínimo SPF 30) todos los días, también en invierno y aunque esté nublado. Para ello, la cosmética ofrece múltiples posibilidades, desde cremas hidratantes con factor de protección incorporado hasta cremas con color de textura fina y agradable que podemos aplicar sobre nuestra hidratante diaria. Existen algunas zonas del rostro especialmente propensas a las manchas, donde tenemos que ser especialmente rigurosas con la aplicación de crema: es el caso del labio superior, sobre todo, y de la zona de las bolsas y ojeras.
Una mala alimentación también puede favorecer la aparición de manchas, aunque es cierto que un cambio de dieta no va a producir milagros ni sobre las manchas en particular ni sobre el aspecto de la piel en general. "Con una alimentación adecuada tanto la piel del cuerpo como la del rostro pueden ganar cierta tersura, pero ni la dieta ni la suplementación van a producir resultados milagrosos ", explica el nutricionista de Medicadiet, Álvaro Sánchez, quien recomienda una alimentación rica en antioxidantes, responsables de frenar el envejecimiento celular y, por tanto, de contrarrestar los efectos de este, entre ellos la aparición de manchas.
Los antioxidantes se encuentran sobre todo en los alimentos de origen vegetal, que deberían constituir la base de la dieta. "Para proteger la piel es importante consumir alimentos con grandes cantidades de carotenos, como tomate, pimiento, espinacas o zanahoria", explica Sánchez. Los carotenos actúan como precursores de la vitamina A y, según un estudio de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, protegen a las células de la oxidación, ya que estas se encuentran expuestas constantemente a oxidantes ambientales como la radiación ultravioleta, el tabaco y el ozono.
Los dos tratamientos más frecuentes para eliminar las manchas son la exfoliación química y la laserterapia. La primera consiste en aplicar una solución ácida en la zona afectada para eliminar las capas superficiales de la piel. La laserterapia es similar a la anterior pero más precisa, ya que el dermatólogo puede disparar con láser a las zonas afectadas y tiene un mayor control del tratamiento. Si las manchas son incipientes se pueden tratar con métodos menos agresivos, como exfoliaciones en profundidad, la aplicación de ácido kójico (que inhibe la producción de melanina), ácido azelaico (con propiedades antioxidantes y despigmentantes) o la hidroquinona. Para emplear cualquiera de ellos, es fundamental hacerlo siempre mediante prescripción médica, en función de nuestro tipo de piel y nuestro estado de salud.