Todas los cometemos
Envidias a las Instagramers que aparecen impolutas y perfectas en sus fotos: qué cutis, vaya forma de darse la sombra, cómo habrán conseguido esa mirada… Y qué decir de las estupendas actrices cuando las ves en tu revista de moda o en aquel desfile: la perfección hecha realidad. Y tú, que llevas años maquillándote, no ves esa perfección por ningún lado al mirarte en el espejo cada mañana. ¿Qué demonios estás haciendo mal? ¿Cómo es posible que no hayas adquirido técnica?
Vayamos por partes: primero, no se te tiene que dar todo bien, cada una somos buenas en unas cosas. Dicho lo cual, a lo mejor no consigues el resultado que querrías simplemente porque tienes interiorizadas unas formas de hacerlo que básicamente son errores. Sí, estás cometiendo estos errores cuando te maquillas y por eso no acaba de convencerte el resultado. Veamos cuáles son:
- Eliges mal la base: puede ser que te decantes por una base mate, para eliminar los brillos y que no la necesites tanto como piensas. ¿Resultado? Una piel de aspecto poco natural. Lo mejor es que te decantes por una base ligera y cremosa. Otro error relacionado con la base es que te pongas mucha, con tu afán en cubrir imperfecciones. Es mejor ponerse menos y distribuirla mejor. Y luego está el error de libro: te has comprado una base que no va con tu piel porque te la has probado en la mano o en el brazo. No: no hay nada mejor que probarla en la cara, en un trozo de la mandíbula, por ejemplo. Ahí verás si es la adecuada para tu piel o no.
- Te pones demasiado corrector para las ojeras: con los años se van pronunciando más y tú intentas solucionarlo aplicándote más cantidad de producto. Crasso error: utiliza el que vaya con el tono de tu piel y que tenga una textura cremosa.
- Te pones el colorete en las mejillas: y tampoco, se debe aplicar en la parte más alta de los pómulos.
- Ignoras tus pestañas: o simplemente, les pones rápidamente un poco de rimmel y arreando que es gerundio. Mal: conviene aplicarlo en zigzag, y no solo debieras fijarte en el color del rimmel sino en la forma del cepillo. “Si quieres respetar la forma natural de tus pestañas, añadiendo algo de volumen, elige un cepillo de silicona. Los cepillos curvados se inventaron para las mujeres que quieren volumen y curvatura y que saben jugar con la parte cóncava y convexa del cepillo”, explica Estrella Corral, de Lola Make Up. Por cierto: si utilizas rizador de pestañas, el momento adecuado para rizarlas es cuando están limpias, antes del producto y no al revés, como habitualmente hacemos.
- Di no a las sombras de ojos con brillo: quizás te sentaban de muerte cuando tenías 20 pero ahora que pasas los 30 lo único que conseguirás con este producto es que se te noten más las arruguitas incipientes. Así que mejor decántate por sombras de ojos mate.
- Utilizas mal el iluminador: y como en el caso de la base, eliges mal el tono. Lo más adecuado es uno o dos tonos menos que la base.
- No utilizas bien las brochas: cada una tiene su cometido. Y además, hay que lavarlas, sí, quizás no se te había pasado por la cabeza pero es necesario.