PIEL Y SOL
Pese a que cada vez son más las personas que utilizan protección solar no solo en verano, sino durante todo el año, la realidad es que todavía cometemos errores tanto a la hora de elegirla como de aplicarla que pueden poner en riesgo nuestra salud.
La buena noticia es que cada vez son más las personas que emplean crema solar con regularidad, gracias a las numerosas campañas que a lo largo de los años han ido informando a la población sobre los peligros del sol, y la mala es que todavía existe quien acaba empleando una crema que no se adapta a sus necesidades ni a su tipo de piel y que, además, no la aplica correctamente. Según datos del informe Buenos hábitos al sol, elaborado por Cantabria Labs, en el año 2020 aumentó hasta un 43% el número de personas que utilizaron crema solar a lo largo del año, una cifra llamativamente superior a la de 2019, que era del 17,6%. En cuanto al verano, según un completo estudio realizado por ISDIN, hasta un 75% de la población asegura utilizar protección cuando se expone al sol. La investigación desvela, además, que un 46% de los encuestados lo hace con fines estéticos, con el objetivo de prevenir manchas y arrugas.
Aparte de las consecuencias a corto plazo de la exposición al sol sin la protección adecuada (quemaduras, rojeces, queratosis seborreica, manchas, etc.), existen consecuencias a medio y largo plazo que pueden afectar a nuestro estado de salud. Lo explica el jefe del servicio de Dermatología del Hospital Vall d'Hebron, en Barcelona, Domingo Bodet: "Cuando se produce cáncer de piel, el más común es el carcinoma vasocelular, un tipo de lesión localizada, que no presenta metástasis; por otro lado está en carcinoma espinocelular, que rara vez presenta metástasis, y, por último, el melanoma", señala el doctor, que recuerda que en los estadios iniciales la tasa de supervivencia es muy alta, entre un 90% y un 95% a los cinco años.
Para saber si debemos preocuparnos ante cualquier lesión anómala, el doctor recomienda revisar los criterios de alarma A-B-C-D-E: asimetría, bordes irregulares, color heterocromo negro, azulado o marrón oscuro, diámetro de más de 6 mm y evolución cambiante.
Para evitar su aparición, es importantísimo proteger convenientemente la piel cuando nos expongamos al sol, cosa que se consigue no solo aplicando la crema adecuada, sino siguiendo pautas como evitar la exposición en las horas de más calor (de 12 a 16 h aproximadamente), así como cubrir los ojos y proteger el rostro con una visera y evitar las exposiciones muy prolongadas. Es importante, además, utilizar la crema solar adecuada y evitar cometer los siguientes errores.
No te aplicas la crema en casa
La crema debe aplicarse antes de salir de casa y nunca, como es habitual, al llegar a la playa (y mucho menos después de darse un bañito y secarse). Es fundamental que nos la pongamos desnudas y de no escatimar con las cantidades, de manera que todo el cuerpo quede convenientemente cubierto y no nos arriesguemos a quemarnos en algunas partes del cuerpo. No hay que descartar (aunque no tiene por qué ser necesario) aplicar una protección algo más alta en la cara para garantizar una pantalla total, especialmente si tenemos tendencia a tener manchas y arrugas. Bodet recuerda que "El protector solar debe ser de amplio espectro, que proteja contra los filtros ultravioleta A, B e infrarrojos".
No repites la aplicación
Es importante que cuando estés al sol vayas repitiendo la aplicación, sobre todo si te bañas y –muy importante– también en días nublados. La crema se debe aplicar siempre sobre la piel seca debemos repetir la aplicación incluso en el caso de aquellas que se vendan como resistentes al agua.
Escoges mal el FPS
La Fundación de Cáncer de Piel (Skin Cancer Foundation) define el FPS (Factor de Protección Solar) como la "medida de capacidad que tiene un bloqueador solar para evitar que los rayos ultravioletas dañen la piel". En términos de porcentajes, este organismo recuerda que un FPS 15 bloquea aproximadamente el 93% de todos los rayos ultravioletas, un FPS 30 hasta el 97% y un FPS 50 hasta el 99%, y señala que "Ningún protector solar, independientemente de su capacidad, continúa siendo eficaz si no se reaplica aproximadamente cada dos horas".
Pese a que en Internet podemos encontrar tablas que nos ayudan a escoger el factor de protección solar en función de nuestro tipo de piel y el tiempo de exposición que prevemos, lo más sencillo es emplear siempre un FPS 30 o superior, y aplicarlo incluso cuando no nos exponemos directamente a los rayos solares y en todas las partes del cuerpo que están expuestas, aunque vayamos a estar caminando por la calle y durante un periodo de tiempo corto.
Utilizas cremas caducadas
Lo mejor es no utilizar las cremas solares de un año para otro, ya que caducan, y que las guardemos siempre bien protegidas del sol, en un ambiente fresco y seco a unos 22º C aproximadamente. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) refirió, no obstante, en uno de sus estudios sobre la efectividad de las cremas solares, que estas sí mantienen su efectividad pasados 12 meses desde su apertura y que solo deberíamos descartarlas si "Al abrir el bote la crema huele mal, tiene un aspecto raro (como otro color) o una textura más líquida". En ese caso "Es conveniente tirarlo a la basura, ya que es probable que no esté bien conservado y que haya perdido efectividad".
Te olvidas del después
Bodet recomienda "Hidratar convenientemente la piel después de la exposición al sol, sobre todo cuanto más morenos estemos, porque esta se resecará y descamará más". No está de más, a medida que vaya aumentando la exposición al sol, realizar también alguna exfoliación en cara y cuerpo para eliminar las células muertas e impurezas que se puedan ir acumulando.