TRASTORNOS PROVOCADOS POR EL SOL
Descubre qué es la elastosis solar, un trastorno cutáneo que resulta del daño acumulado por la exposición excesiva al sol, causando arrugas profundas y pérdida de firmeza en la piel. Además, explora las soluciones a este trastorno, desde una rutina de cuidado de la piel adecuada y la posible incorporación de suplementos nutricionales.
En el proceso natural de envejecimiento todos acabamos sufriendo la aparición de arrugas y líneas de expresión en nuestra piel que intentamos combatir con una correcta rutina de skincare. Sin embargo, cuando estas nos salen de manera excesiva y muy concentradas y marcadas, puede ser señal de que padecemos elastosis solar, un trastorno que afecta la elasticidad de la piel debido a la exposición excesiva al sol. En este artículo te contamos qué es, cómo diferenciarlas de otros tipos de arrugas y qué soluciones tiene.
La elastosis solar, según Estefanía Nieto, directora técnica de Medik8, es una patología de la piel que resulta del daño provocado por la sobreexposición a los rayos ultravioleta del sol. Además, esta afectación también es común en personas fumadoras. A diferencia de otras afecciones solares como manchas o lentigos, la elastosis solar se caracteriza principalmente por una disminución de la firmeza de la piel, más que por hiperpigmentación y provoca un envejecimiento acelerado y llamativo.
Este trastorno ocurre cuando los rayos UV penetran en la piel, desencadenando la formación de radicales libres, unas moléculas que atacan el colágeno y la elastina, generando una pérdida de elasticidad y firmeza, lo que conlleva la aparición de arrugas y líneas de expresión. Es decir, estas moléculas atacan al envejecimiento de la piel. La piel, como respuesta a este daño, produce exceso de elastina, reemplazando al colágeno y creando fibras desordenadas que resultan en surcos profundos y pérdida de sujeción y tersura.
Diferenciar estas arrugas de otras manifestaciones del envejecimiento cutáneo es crucial. Mireia Fernández, directora técnica de Omorovicza, señala que la elastosis solar es un signo acumulativo de daño solar que persiste con el tiempo y no desaparece al estirar la piel. Además, puede presentar un tono amarillento en el área afectada y una apariencia más caída de la piel.
Otra diferencia clave son las zonas más comúnmente afectadas por la elastosis solar. En este caso, encontraremos este tipo de arrugas en el tercio inferior del rostro, incluyendo mejillas, contorno de los labios y región mandibular.
Lamentablemente, las soluciones para la elastosis solar son limitadas. Estefanía Nieto destaca que ciertos procedimientos estéticos y una rutina de cuidado de la piel con ingredientes regeneradores, como el retinol o péptidos, pueden ayudar, pero es difícil eliminar por completo este trastorno. La prevención es fundamental, evitando la sobreexposición al sol, utilizando protección solar adecuada y apoyándola con antioxidantes para fortalecer el escudo protector de la piel. Además, es fundamental usar cosméticos ricos en ingredientes como las vitaminas C y E y, por la noche, usar productos renovadores como los retinoides.
Para aquellos que deseen abordar este problema desde adentro, para tratar las capas más profundas a las que la cosmética tradicional no tiene acceso, Elena de Teresa, farmacéutica y directora técnica de Advanced Nutrition Programme, recomienda suplementos con nutricosméticos que aporten antioxidantes y agentes regeneradores a la piel.
Además de la elastosis, la exposición al sol puede ocasionar diversas afecciones cutáneas, como manchas, melasmas y lentigos. Raquel González, experta en cosmética y directora técnica de Perricone MD, señala que la elastosis solar se distingue de otras consecuencias del exceso de exposición solar por su falta de hiperpigmentación, manifestándose más como un deterioro en la firmeza facial.
Sonia Ferreiro, biotecnóloga y experta en cosmética de Byoode, explica que este fenómeno ocurre cuando la radiación ultravioleta penetra en la piel, generando cadenas de radicales libres que afectan al tejido conectivo, donde residen el colágeno y la elastina, en las capas más profundas de la piel. Como resultado de estas reacciones, la piel tiende a producir exceso de elastina, la cual reemplaza al colágeno y generan surcos, contribuyendo a la pérdida de firmeza y suavidad cutánea.