DUREZAS Y OTROS MALES
Los pies nos llevan a todas partes pero son una de las partes más olvidadas del cuerpo y apenas les prestamos atención. Hoy te contamos cómo mimarlos debidamente.
Si bien en verano, temporada de sandalias y chanclas, nos percatamos de que tenemos pies, al menos, de cara a la galería, el resto del año están ahí, escondidos bajo calcetines y zapatos y apenas les prestamos atención. De octubre hasta abril parece que no nos preocupamos de ellos y solo les empezamos a cuidar cuando tienen que asomarse porque las temperaturas aumentan…
En Reino Unido, Suecia o Estados Unidos, el servicio de pedicuras es algo bastante generalizado. Es más que habitual acudir a un centro de belleza a poner los pies a punto, ya sea por motivos estéticos, como también por la posibilidad de pasar un rato de mimos enfocado en el cuidado de nuestras extremidades más inferiores. "Realizarse una pedicura suele asociarse siempre con un momento de relajación. Esto ocurre, no solo por el propio beneficio físico de tratar los pies, pudiendo ofrecer una terapia completa a través de todas sus terminaciones nerviosas, sino también por lo que implica a nivel psicológico el mero hecho de dedicarse unos minutos a una misma", explica Catalina Narváez, directora de educación de Aromatherapy Associates.
Pero esto no sucede en nuestro país: "Cuando hablamos de cifras, más del 80% de las pedicuras en España se realizan en los meses estivales, mientras que en países como Inglaterra, el servicio se realiza de manera más constante", explica Raquel González, directora de Pure Skincare. Para Estefanía Nieto, de Omorovicza: "Esto responde a que asociamos la pedicura con el hecho de enseñar los pies en público, algo que no ocurre tanto en el extranjero”.
"Cuando pensamos en hacernos una pedicura en casa, lo asociamos, sobre todo, al maquillaje de las uñas, sin concebirlo como un proceso completo que incluye hidratación, exfoliación (durezas, callosidades...), etc.", comenta Alix Zarate, de la firma Lova Skin. Sin embargo, el mercado está innovando mucho en este sentido y ofreciendo productos que facilitan el cambiar ese concepto. Por ejemplo, ya hay kits para hacerse pedicuras en casa que no tienen por qué ser excesivamente largas y que, desde luego, resulta más económicas que en un centro de estética: esos kits suelen componerse de productos para exfoliar y para hidratar esa parte del cuerpo tan olvidada. Pero, a mayores de hacerse una pedicura habitualmente y no dejarla solo para el verano, no hay que perder de vista los cuidados semanales: acuérdate de exfoliarte los pies una o dos veces a la semana. Y también, de hidratarlos con cremas adecuadas: las hay con urea, con manteca de karité, aceite de oliva o lanolina… cualquiera de estos principios va bien para pies con durezas.
También, existen calcetines exfoliantes que eliminan las células muertas y suavizan las durezas. Y hablando de calcetines, si eres de las que por falta de tiempo o por pereza le dedica poco tiempo a diario a los pies, prueba a ponerte una crema hidratante cuando vayas a acostarte y a poner unos calcetines después. Y así, a la cama. Ya verás cómo notas mejoría en la piel al cabo de unos pocos días.