¿MITO O VERDAD?
Muchas personas aseguran que su pelo crece más o está más saludable durante ciertas fases del calendario lunar. Por eso, eligen muy bien el momento para cortárselo. Pero, ¿qué hay de cierto en que la luna influye en cuánto y cómo nos crece el cabello? ¿Hay algo de verdad o es solo un mito?
El calendario lunar ha estado muy presente en la historia de la humanidad a lo largo de los siglos. Muchos creen que los astros tienen efectos sobre las personas y en concreto, sobre el pelo.
Hace mucho tiempo, el sol y la luna eran las únicas herramientas que tenían para medir el paso del tiempo. Como era muy importante, pronto se le otorgó a la luna influencias en la salud y el comportamiento de las personas. Todos estos pensamientos han llegado a nuestros días y siguen presentes en forma de creencias muy arraigadas.
Aunque no haya estudios ni evidencias científicas que aseguren la influencia de la luna en el cuidado del pelo, la cultura popular es fiel creyente de este hecho, pese a que sea aún un misterio sin resolver.
De acuerdo con la tradición, cada fase lunar tiene un efecto particular sobre el cabello. Aquí os dejamos una lista con cada una (reiteramos que no hay ninguna evidencia de que esto sea cierto).
Hay muchos mitos en torno al crecimiento del cabello y su relación con la luna. La realidad, sin embargo, es que no hay evidencia científica que respalde estas creencias. Los ciclos lunares no afectan de modo directo al crecimiento del cabello, que crece entre medio y un centímetro al mes, aproximadamente, sin depender de la fase lunar.
Pero la luna sí puede afectar a algunas de nuestras funciones biológicas y esto se puede reflejar en nuestra salud capilar. Las cuestiones hormonales o nuestros hábitos diarios –como es el sueño– afectan mucho a nuestro pelo.
Además, hay posibilidades de que la luna influya en la climatología. Sabemos que cuando hay más humedad ambiental, se puede notar el cabello más hidratado y suave. Pero todo esto no afecta a que nuestro pelo crezca más o menos rápido.
Por lo tanto, descartada la luna como aliada para impulsar el crecimiento del pelo, queda la evidencia científica: la genética, las hormonas y la edad son las verdaderas responsables de nuestra salud capilar.
También la alimentación tiene mucho que aportar. La biotina; la vitamina A, C y E; el hierro o el zinc son algunos de los nutrientes que no deben faltar en nuestro día a día y, además, potencian el crecimiento del pelo.