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El perro lleva tres de sus cuatro años con su familia sin separarse de la tumba de un niño de dos años, quien durante el año que compartieron juntos se convirtió en su mejor amigo.
Mino es una perra que lleva tres de de sus cuatro años de vida sin separarse de la tumba de Khet, un niño de dos años que falleció ahogado en una acequia cerca de su casa en el sur de Vietnam. Khet y Mino se conocieron cuando el pequeño solo tenía un año y Mino era un cachorro. Durante el año que compartieron crearon un estrecho vínculo y estaban todo el día juntos. Pero un día el pequeño Khet salió de la casa mientras su madre cocinaba, cruzó hasta un canal cercano y cayó al agua sin que nadie pudiese rescatarlo.
Pero Mino no ha dejado de estar junto a su dueño. Como es costumbre en la sociedad del campo vietnamita sepultaron el cuerpo del pequeño detrás de la casa y hasta allí se desplaza Mino para permanecer recostada sobre la lápida hasta que se ponga el sol.
Su pelaje negro, adquiere tonos de marrón descolorido en el lomo que la familia atribuye a pasar largas horas al sol y la lluvia sobre la tumba de su amigo fallecido.
Según explica a EFE la abuela del pequeño, Nguyen Thi Ut, Mino "siempre entra a casa un par de horas al mediodía y después vuelve a salir aunque haga mucho sol o llueva. A veces incluso pasa toda la noche".
En la familia hay otros dos niños pero con ninguno de ellos Mino ha establecedo el vínculo que mantuvo con Khet.
La familia trasladará la tumba del niño un poco más cerca de la casa pero su abuela opina que aunque cambie la ubicación "Mino seguirá pasando allí el día", cuenta.