UN REENCUENTRO CONSIGO MISMO

Un hombre que trabajaba demasiado se acuesta con dolor de cabeza se despierta sordo y ciego

Guido era productor de televisión. Trabajaba día y noche y vivía pegado al teléfono móvil. Una noche se acostó con un fuerte dolor de cabeza y, al despertar, su vida cambió por completo.

Guido Fernández, de 35 años, era productor en Telefé, una cadena de televisión argentina. Estaba trabajando en el programa 'Sábado Bus' y no descansaba ni un minuto. "Era una vida sin horarios, con el teléfono todo el día pegado a la oreja, yendo y viniendo del canal a casa, de casa al canal, no desconectaba la cabeza nunca", cuenta en una entrevista a Infobae.

Tiene mujer, Georgiana, y dos hijos pequeños: Benicio, de tres años, y Esmeralda, de cuatro meses.

Una mañana, Guido se despertó con dolor de oídos. Ignorando su molestia fue a trabajar y estuvo todo el día grabando en la calle para el programa en el que trabajaba. "Hacía un frío terrible, el que era mi asistente me decía: 'Vete a tu casa, yo me quedo', pero yo no quise", relata el productor.

Aunque el médico le detectó otitis, él siguió con su trabajo. Pero una noche, su mujer se despertó sobresaltada y asustada por su marido. Guido estaba convulsionado, se había orinado en la cama y estaba inconsciente.

Los médicos barajaron varias posibilidades. Creyeron que podía haber sufrido un accidente cerebrovascular o que tenía VIH. Pero lo que sufría Guido era una meningitis aguda, provocada por la bacteria Neumococo. Tenía el cerebro inflamado y los médicos no tenían mucha esperanza en que se recuperase.

Pasó un mes en coma y, cuando despertó, no veía ni oía nada. Había perdido la visión y se había quedado completamente sordo.

Consiguió comunicarse con sus seres queridos con letras de goma eva, que iba palpando hasta reconocer la letra que era y poder comprender frases completas.

Se sometió a rehabilitación y le colocaron implantes cocleares en ambos oídos. Consiguió recuperar la audición en un oído, volvió a caminar y recobró un 20% de visión en un ojo.

Guido reconoce que esta lección de vida le ha ayudado a reencontrarse consigo mismo y a apreciar lo que tiene a su alrededor, más allá del trabajo. Ahora prefiere disfrutar de la compañía de su familia, su mujer y sus dos hijos. En 2015, Guido terminó su primer libro "Abrir los ojos" y lo presentó ante cientos de personas. De allí se abrió un nuevo camino y ahora da charlas motivacionales, para ayudar a otras personas como él.

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