Ucrania
La mujer, que fue miss en Ucrania, confesó a los medios de comunicación que huyó del infierno, ya que su marido la maltrataba y no le dejaba ejercer su trabajo como modelo.
Anna Zayachkovskaya fue Miss Ucrania en 2013, lo que le hizo lograr una vida de ensueño que muchos querrían. Su carrera profesional se encontraba en alza y estaba felizmente casada con Gianluca Cervara, un empresario milanés multimillonario.
Zayachkovskaya y Cervara se casaron por lo civil en 2015 y un año más tarde por la iglesia. Tras este último paso, la pareja se mudó a Milán, donde el empresario tenía todos sus negocios. Fue allí donde ambos comenzaron a vivir una vida de lujos de la que nadie pensaba que fuese a acabar así.
Un día como otro cualquiera, la miss salió a la calle a fumar. Pasaron los minutos, las horas y los días y nunca volvió. Su marido, preocupado, puso una denuncia por desaparición y la buscó por todo el mundo sin éxito alguno.
Seis meses después de que Zayachkovskaya desapareciese sin dejar ninguna pista, apareció la primera en la red social de Instagram. Cervara pudo ver con sus propios ojos que su todavía mujer se encontraba viviendo en Nueva York, junto a una nueva pareja y trabajando como modelo.
El comienzo de una batalla judicial
Después de ver las imágenes de su mujer, Cervera se sintió traicionado y la denunció "por violar el acuerdo prematrimonial que tenían". A raíz de esto, la miss fue entrevistada por un medio ucraniano donde confesó que escapó "del infierno".
"Ese hombre es un violento que me pegaba repetidamente. La primera ocasión fue en Ucrania. Tuve que ir a refugiarme en la casa de mis padres. No les dije lo que me había pasado y cuando él vino a buscarme decidí darle otra oportunidad. Nos casamos y creí que comenzaba una nueva vida", explicó Zayachkovskaya.
La miss también confesó a los medios que tuvo que decirle que salía a fumar para poder huir: "Me tenía prácticamente secuestrada. Ahora soy feliz. Trabajo en mi profesión, cosa que él me prohibía, vivo con la persona que quiero y en el lugar que quiero".
Tras las declaraciones de su todavía mujer, Cervera no dudó en iniciar una batalla judicial para negar el discurso que ella contó en los medios de comunicación y contraatacarla para dejarla mal.