La falta de avances impacienta al Eurogrupo
Varoufakis aparecía ante la prensa con una sonrisa, aparentemente satisfecho tras la reunión del Eurogrupo. El ministro aseguraba que se ha puesto punto y final a la Troika, pero la realidad es bien distinta. Se trata sólo de un juego semántico.
Ahora esa Troika se llama “instituciones” y mañana mismo los responsables griegos tienen prevista una reunión con ellos. Grecia necesita con urgencia financiación pero por ahora no hay trato. El dinero llegará a finales de abril, la fecha de la primera revisión del rescate.
Varoufakis regresó a Atenas desde Bruselas con las manos vacías y un tirón de orejas del presidente Dijsselbloem, quien le avisó de que ya no hay más tiempo que perder.
"Hemos pasado ahora dos semanas discutiendo quien se reúne con quien, donde y con qué. Es una completa pérdida de tiempo", dijo el jefe del Eurogrupo.
El panorama se complica y Varoufakis echa más leña al fuego. En una televisión alemana ha descrito a Grecia como el país en la bancarrota más grande del mundo y que los bancos europeos sabían que Atenas no iba a pagar su deuda.
Las críticas le llueven. Se especula que el griego tiene malas relaciones con parte del equipo de Bruselas. El pueblo griego ya empieza a juzgar al gobierno de Syriza. Unos dicen que por ahora sus promesas no se perciben, y otros aseguran que de momento es pronto.
En la oposición, ven a Varoufakis como un peligro para Grecia y dentro de su equipo no hay unanimidad. Cada vez hay más críticos con su gestión.