Coches
Conducir un coche con un volante al más puro estilo coche fantástico ha dejado de ser algo de ciencia ficción. Los volantes rectangulares han llegado y quieren conquistar el mercado a base de diseño y tecnología, sin embargo esta idea no está exenta de polémica y hoy vamos a descubrir por qué
El mundo del automóvil se enfrenta a numerosos cambios que transformarán por completo nuestro concepto de coche, y uno de ellos es el relacionado con la reinvención del volante. Fue Tesla la primera marca que sorprendió en 2021 replanteándose cómo debería ser un volante, defendiendo este rediseño desde el punto de vista de la futura conducción autónoma, pero también desde el punto de vista de la mejora en visibilidad y el recurso estético.
De este modo Tesla rediseñó los Model S y Model X para instalar de serie el denominado como volante Yoke, o tipo yugo, convirtiéndose en todo un reclamo comercial por lo rompedor del planteamiento. Sin embargo, nada más llegaron los primeros Tesla a las calles dotados de este volante, también comenzaron las dudas sobre la verdadera utilidad de esta solución, pues si bien en la teoría este nuevo diseño de volante parecía un todo ventajas, en la práctica no fue así.
Un volante del futuro para una dirección del presente
Tesla ha creado un revolucionario volante rectangular que está asociado a una dirección convencional, y he aquí el problema. Si bien para circular en autopista este diseño de volante resulta incluso más cómodo que cualquier volante de diseño tradicional, pues nos permite posicionar las manos de una forma más relajada y tener una mejor visión del cuadro de instrumentos, en el momento en el que circulamos por entorno urbanos, la cosa se complica... y mucho.
Como decíamos, el problema del volante Yoke de Tesla es que está asociado a una dirección tradicional, lo que supone que para girar en cualquier intersección o rotonda, tendremos que hacer girar el volante. Pero hacer girar un rectángulo es de todo menos
cómodo, lo que nos obliga a manipular este volante de una forma poco natural para que no se nos escape, e incluso a tener que cruzar los brazos en determinadas maniobras.
Estos problemas no solo restan puntos en confort y usabilidad, sino que pueden llegar a ser un serio hándicap en seguridad, de ahí que la decisión de Tesla de volver a ofrecer volantes redondos como alternativa en Model S y Model X nos parezca todo un acierto, además de la compra más recomendable hoy por hoy.
Teniendo en cuenta lo ocurrido, este primer intento de conquista del volante rectangular podríamos considerarlo como fallido, pero nada más lejos de la realidad. Toyota es otro de los fabricantes automovilísticos que quiere imponer este tipo de volantes, ofreciéndolos en dos modelos de su gama, los Toyota bZ4X y Lexus RZ. En ambos modelos podremos encontrar volantes de diseño rectangular que persiguen el mismo objetivo que la solución de Tesla, sin embargo en Toyota además han añadido a esta innovación un nuevo tipo de dirección que eliminará cualquier problema de uso, pues ésta será una dirección virtual.
'Steer by Wire', la clave del volante de Toyota y Lexus
Sí, virtual, pues Toyota y su filial premium Lexus hacen uso de una dirección electrónica denominada como One Motion Grip. Este sistema se basa en una dirección asistida que no está conectada físicamente con el volante, usando un control electrónico para interpretar nuestros movimientos sobre el volante y así actuar en consecuencia. Gracias a esta idea, el volante rectangular de Toyota no gira más de 270º, lo que impide movimientos incómodos durante la conducción, pero sobre todo impide que crucemos los brazos y otras maniobras que podrían afectar a la seguridad.
La clave de este sistema, que se conoce como 'steer by wire' y que ya se emplea en otros sectores como la aeronáutica, es que es capaz de interpretar el movimiento que ejercemos sobre el volante, traduciéndose en más o menos ángulo de dirección en función de la velocidad a la que estemos circulando. Por lo tanto, un mismo movimiento de volante se traducirá en un elevado giro de las ruedas a baja velocidad, pero por contra supondrá apenas unos grados de giro en las ruedas si circulamos por autovía a 120 Km/h.
Bajo este planteamiento, el volante de diseño rectangular erradica cualquier duda en tanto a su usabilidad o seguridad, aunque no es menos cierto que este sistema aún genera bastantes interrogantes relacionados con la falta de información que genera sobre el tren delantero al carecer de conexión física, amén de cómo reaccionará ante maniobras de seguridad como pueden ser una frenada de emergencia con esquiva o un contravolante para contrarrestar un sobreviraje.