UNA MEDIA DE 15 AÑOS
Según un estudio realizado por el departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid (España) y publicado en prnewswire, el sistema de descanso HOGO disminuye la edad biológica de las personas en una media de 15 años.
Las conclusiones preliminares revelan que en todos los casos en los que los sujetos descansaron en esta cama lograron ralentizar la velocidad de su envejecimiento. El sistema de descanso HOGO protege y descarga el cuerpo de la contaminación electromagnética y ofrece un espacio libre de emisiones, químicos y componentes artificiales.
La investigación, liderada por la catedrática de Fisiología, Mónica De la Fuente, bajo el título 'Efectos del descanso sobre materiales naturales y libres de campos electromagnéticos en el sistema inmunitario y la edad biológica', se ha llevado a cabo durante 60 días con 30 voluntarios a través de una comparativa entre personas que durmieron en un sistema HOGO y otras que lo hicieron en un cama estándar, pero sin saber quién lo hacía en cada una para descartar el efecto placebo en los resultados de la investigación.
El estudio también determina que a mayor edad biológica, aumentan las posibilidades de rejuvenecer tras el descanso en el sistema HOGO, al igual que parece suceder cuando se amplía a seis meses el periodo de descanso.
Además, el informe destaca la capacidad del sistema HOGO para mejorar la función inmunitaria de las personas, especialmente en aquellos aspectos que se asocian directamente a un mejor estado de salud, concluyendo que tienen menor riesgo de enfermar y más capacidad para defenderse de infecciones y cánceres.
La catedrática Mónica De la Fuente señala que "los resultados son realmente positivos y alentadores. Estos datos demuestran que sin hacer grandes modificaciones en el estilo de vida, es posible lograr una longevidad saludable".
La tecnología del sistema de descanso HOGO está formada por una malla de grafito y plata que rodea la cama y que está conectada a una toma de tierra que genera una burbuja natural con la que ayuda al organismo a eliminar la contaminación electromagnética acumulada durante el día y le aísla de ella.
Además, la cama destaca por su composición natural y de alta calidad, con materiales producidos de forma sostenible. El somier está fabricado con madera de haya, flexible y resistente para poder adaptarse a la forma del cuerpo y a su peso. Asimismo, el colchón cuenta con siete densidades: látex natural puro, lana de oveja de raza merina, fibra de coco y cashmere y la funda es de algodón orgánico.