Realidad virtual
Entramos en una pequeña nave. Pasamos, previo control de temperatura, el recibidor para dejar nuestras pertenencias en la zona de taquillas. Se abre la puerta a otra dimensión. Recibimos las primeras instrucciones y nos facilitan el equipo. Un portátil a modo de mochila, unos auriculares con micrófono, el 'arma' y las gafas de realidad virtual con cubiertas VR de tela para mayor higiene. Por supuesto, todos con mascarillas para evitar contagios por coronavirus.
Ahora sí: En busca del sol. Ese es el objetivo de Sol Raiders. La Tierra ha desaparecido y los restos que quedan de humanidad luchan por encontrar un nuevo mundo. Aunque también en ese mundo hay que guardar distancias y por eso “han ajustado la tecnología para mantener la distancia de más de dos metros de seguridad” nos cuenta Celina Pereira, directora de Zero Latency Madrid.
Una alarma suena. Nos avisa: estamos demasiado cerca de otros jugadores, a menos de dos metros por lo que hay que distanciarse. “En la sala estás equipado y estás dentro de la realidad virtual, por eso esta es la manera de garantizar que los jugadores no se van a juntar”, añade Pereira.
Así es cómo se han adaptado las salas de realidad virtual a las nuevas normas pero, además, esta tecnología puede ayudarnos a mantener las distancias. “Puedes vivir un evento sin echar de menos la conexión con las personas. La experiencia es muy parecida a lo que vivimos en la vida real” afirma Danielle McConell, directora de marketing de Virtway. Podemos ir a un evento al que están invitadas miles de personas asegurando que no vamos a estar demasiado cerca, ¿cómo es posible? Asistiendo a esos eventos de manera virtual con un avatar.