INMERSIÓN EN UN ENTORNO DE POSIBILIDADES INFINITAS
Quien utiliza la realidad virtual se ve inmerso en un mundo en el que no está, con una visión de 360 grados. En la realidad aumentada el entorno es real, pero sobre ella se puede proyectar cualquier objeto, estático o en movimiento.
A partir de aquí, las posibilidades son infinitas. Por ejemplo, para convertir con esta tecnología enormes manuales de instrucciones en otros accesibles casi directamente.
La industria del automóvil trabaja ya con la realidad aumentada enfocando hacia nuestro motor y es como si alguien te lo estuviera enseñando. A través del móvil, de unas gafas o del propio parabrisas del coche. ¿Qué tal si integramos en él las instrucciones del GPS? Si aumentamos la realidad, podemos añadir información a los lugares que visitamos cuando viajamos.
Descubrir por ejemplo que en tal rincón de Londres se tropezaron Hugh Grant y Julia Roberts en Notting Hill, y que en otro punto estaba la cabina donde Harry Potter bajaba al 'Ministerio de magia'. También por supuesto información histórica sobre hechos ocurridos hace décadas.
Tras el fracaso de las Google Glass, se preparan nuevos dispositivos para que en breve nuestra realidad empiece a aumentar.