MUEVEN 1.200 MILLONES DE EUROS AL AÑO
Hay bebés más o menos tranquilos -pocos- y los que duermen con menos placidez. También hay auténticos profesionales del escapismo, de la habitación, de la cuna... Tendrán sus horas de fuga contadas gracias a cunas inteligentes: sus sensores detectan si el bebé se ha despertado o está llorando y actúa en consecuencia: "Va cambiando el balanceo hasta que encuentra el que calma al bebé".
El sector de los productos para la infancia facturó el año pasado 1.224 millones de euros. Se buscan artículos cada vez más prácticos: un carro de paseo plegable o hasta otra cuna que se convierte en dormitorio con cama, mesillas y escritorio.
Productos inteligentes como un biberón de cristal a prueba de caídas, que avisa, como si fuera un camaleón, cuando el líquido está demasiado caliente para el bebé.