INTERNET DE LAS COSAS
Sin las luces que ayudan a despegar y aterrizar a los aviones la maniobra sería imposible por la noche. Para que estén a punto tienen que pasar controles, que se realizan con aviones y que pueden durar hasta ocho horas. Ahora, con un dron se puede hacer en "dos horas aproximadamente, se reduce el coste y además no hay impacto medioambiental", dice Jorge Gómez, de Canard.
El Internet de las cosas o, lo que es lo mismo, la conexión de los objetos cotidianos con la red está presente en todos los sectores. Tres de cada cuatro empresas están ya invirtiendo en esto, de todos los sectores, según datos de Samuel Marín, de Microsoft. En la industria, en la ganadería, también en agricultura. En los viñedos controlan los cultivos con drones. Vigilar las tierras a vista de pájaro ya es una realidad.
Ha cambiado nuestra forma de comunicarnos, hacer deporte y hasta de comprar. Con los aparatos y utensilios conectados cambiará más. Por ejemplo, espejos que te reconocen, detectan tu estado de ánimo y según sea recomiendan una u otra prensa de la tienda.
Hasta en nuestro hogar estará todo conectado. Prepararse un café no será lo mismo, ni maquillarse tampoco.