Coronavirus
Hasta hace tres meses utilizábamos los códigos QR puntualmente para el billete del tren o el avión.
Pero ahora a diario escaneamos numerosos códigos para consultar la carta de un restaurante, las obras de un museo, reservar tumbona en la playa, todo requiere un QR y los desarrolladores lo están notando.
Nos da confianza a nivel de salud, pero cuidado con qué nos descargamos y qué scaneamos porque en ocasiones también nos puede dirigir a un virus.
Los hakers y también los fakers se han multiplicado estos meses. Estos son los perfiles más habituales de quienes difunden noticias falsas:
La Guardia Civil avisa de estas estafas, ni caso si reciben un email donde se hacen pasar por el Ministerio de Sanidad y se les pide 100 euros porque supuestamente algún vecino les ha denunciado por no llevar mascarilla.