UN LOCAL DE DESINTO DE DESINTOXICACIÓN TECNOLÓGICA
Llegar al restaurante cazando Pokémon, mandar un whatsapp, hacer una foto para Instagram y subir las mejores anécdotas de la noche a Snapchat. Nuestra vida viene marcada por el teléfono móvil pero, ¿cuántas veces has hablado solo durante la cena?
La desagradable costumbre de utilizar el teléfono en medio de una conversación cara a cara es una práctica habitual en nuestro día a día. Cada vez es más común entrar en un bar y ver que más del 80% están usando el móvil y es que los españoles, por ejemplo, no aguantan más de una hora sin consultar Whatsapp.
Al ver esta triste estampa día tras día, el dueño de un local de Inglaterra instaló un sistema para evitar que las señales móviles se recibieran en su local. Todo por una buena causa: que los clientes hablen y se diviertan a la "vieja usanza".
¿Pero cómo se consigue que todo el local deje de por unas el vicio más extendido en el mundo? El dueño de 'The Gin Tub' ha encontrado la solución para acabar con las cenas casi virtuales: la idea es anular el campo electromagnético en el interior del local y así bloquear la señal de los aparatos.
Cansado de ver a sus clientes inmersos en sus teléfonos, nostálgico de la conversación hasta hace unos años inherente a una buena cena, Steven decidió cubrir las paredes de su bar con papel de plata y forrar el techo con alambre de cobre de malla. Aunque pueda parecer algo extremo, la idea está funcionando: entrar al Gin Tub es volver al pasado que algunos añoran.
El bar se ha convertido en centro de desintoxicación, pasando unas horas sin mirar la pantalla, aunque hay algunos que no superan el periodo de abstinencia y salen fuera de las metálicas paredes. Pero el ingenioso hostelero ya tiene una solución para aquellos que no soportan el reto: crear un área para móviles similar a la de los fumadores.
No hay excusa en caso de emergencia, ya que el bar cuenta con un teléfono fijo que permite llamar a la policía o a los servicios sanitarios. La idea de Tyler se ha unido a la moda por lo antiguo, a lo de que cualquier tiempo pasado fue mejor. De hecho, su plan no es del todo original: en enero, un restaurante de la ciudad de Leamington Spa -al sur de Birmingham- prohibió el uso del teléfono en sus instalaciones, amenazando de echar a los clientes que intentaran utilizarlos. Ahora, Tyler ha ido un paso más allá.