CONTROVERSIA SOBRE EL EMPLEO DE LOS DATOS
Eugenia Kuyda, la creadora de la aplicación, explica que añoraba tanto a un amigo que "lo único que podía hacer era ir a su espíritu". Por ello, decidió resucitarle digitalmente y creó esta aplicación.
En el proyecto a la mujer le ayudó que dirigir una empresa de inteligencia artificial y lo primero que hizo fue rastrear su huella digital en chats, emails, conversaciones y redes sociales hasta recopilar 8.000 de sus mensajes.
Con la ayuda de un potente procesador de datos, Eugenia consiguió que el robot, a través de la pantalla de su dispositivo móvil, bromease y se expresase como su amigo.
Sin embargo, desde un punto de vista de protección de datos, esta información no se podría emplear de esta manera. Para mayo se espera una directiva europea que mejore esa privacidad.