Aviación
Se cumple un siglo del primer vuelo en autogiro. Este invento supone la aportación más relevante de España a la aviación mundial de todos los tiempos.
17 de enero de 1923. La Base Aérea de Getafe fue testigo del primer vuelo en autogiro. Un joven Juan de la Cierva acababa de inventar una forma de volar completamente novedosa, que revolucionó el espacio aéreo a nivel mundial.
La clave consistía en el ala rotatoria. Un ala que siempre está girando aunque el fuselaje esté quieto. "Es un rotor que gira libre en autorotación, que no lo mueve el viento. Hace que el aparato gire y se sostenga en el aire", explica Fernando Roselló, coronel del Ejército del Aire y Jefe instructor de vuelo de Air Force 7.
"¿Para qué crea Juan de la Cierva el autogiro? Para prevenir que un avión entre en pérdida y se caiga", responde Juan Manuel Arco, ingeniero aeronáutico del Club de Ultraligeros de Getafe.
El ala rotatoria, clave en el helicóptero
Esta invención marcó un antes y un después en la aeronáutica, siendo la aportación más relevante de España a la aviación mundial de todos los tiempos. ¿Por qué? Porque esa misma teoría y ecuaciones de cálculo de ese nuevo rotor sirvieron para desarrollar el helicóptero.
"En esos años se estaba intentando inventar el helicóptero, pero nadie lo conseguía. Los helicópteros no funcionaron hasta que no se les puso el rotor del autogiro. Todos los helicópteros del mundo llevan varias patentes de Juan de la Cierva, y sin ellas no volarían", concluye Roselló.
"La diferencia entre el helicóptero y el autogiro es que en el helicóptero, el rotor está unido al motor y tiene potencia. Y en el autogiro, el rotor está libre", aclara Arco. Por eso, auto-gira.
A pesar de su peso en la historia, el autogiro es menos conocido porque, como explica Roselló, "todos los esfuerzos se orientaron hacia el helicóptero, porque puede hacer una maniobra que es estacionar en el aire, y gracias a eso puede rescatar personas".
Una réplica exhaustiva del C4
Para dar a conocer este invento y su importancia, y con motivo del centenario, el Club de Ultraligeros de Getafe lleva cerca de un año construyendo una réplica exhaustiva y a tamaño real del C4, el modelo de autogiro que voló por primera vez, y que será presentada este 17 de enero en la Base Aérea de Getafe.
Porque, un siglo después, hay quien todavía duda de que el primer vuelo no ocurriera el día 9 de enero. Pero el coronel Roselló, autor del libro 'El autogiro y su vuelo', lo desmiente. "Existe una fotografía firmada en el reverso por Juan de la Cierva, que pone: primer vuelo en autogiro, 17 de enero de 1923, Getafe. Piloto: Alejandro Gómez Spencer".
Al frente del proyecto, el ingeniero aeronáutico Pedro Nogueroles, encargado de hacer los cálculos y el diseño basándose en la fotografía original que se conserva del primer vuelo, porque no existen planos de ese primer autogiro. Aportando su granito de arena, apenas una decena de pilotos de aviación e ingenieros del Club, que han construido la réplica utilizando principalmente aluminio y madera, los materiales originales que llevaba en 1923.
Aunque con alguna pequeña mejora: una versión posterior del rotor. "Si utilizáramos un rotor copia del C4, con el tiempo habría fallado el vuelo. Por eso le hemos puesto el rotor del C7. Queríamos un rotor que, siendo de De la Cierva, patentado por él, fuera seguro para volar", detalla el ingeniero Juan Manuel Arco, encargado de diseñar el cabezal del rotor y el sistema de prelanzado.
Porque la intención es que vuele. De momento las primeras pruebas apuntan en esa dirección, aunque está previsto que lo haga definitivamente en unos meses. “El encargado de pilotarlo seré yo, así que espero no romperlo”, bromea el coronel Roselló.
El autogiro sigue vigente
En el aeródromo de Camarenilla (Toledo) se imparten cursos para aprender a pilotar el autogiro. Un ultraligero que ronda los 200 kilogramos, que tiene una autonomía de vuelo cercana a las 3 horas (400 kilómetros), y que es capaz de elevarse hasta más de 3.000 metros de altura, es una opción muy atractiva para dar un paseo por el cielo.
Pero su utilidad no se limita a lo recreativo. "Es una aeronave que permite hacer misiones que puede hacer también el helicóptero, pero de una forma mucho más económica", explica el coronel Roselló. Y por eso, "China e Irán se han dotado de cientos de ejemplares para hacer misiones".
En España, cada vez se están diseñando autogiros más grandes, con mayor capacidad de carga, e incluso hasta con tres plazas. Quién sabe si este invento de gran importancia en el pasado tendrá también su hueco en el futuro.