Elon Musk
China quiere competir en la liga de Elon Musk y anuncia planes para 2025 en el campo de interfaces cerebro-computadora.
Elon Musk ha abierto la caja de los truenos. Si a comienzos de esta semana el magnate sorprendía anunciando a través de su perfil en la red social X que su compañía de neurotecnología , 'Neuralink', había implantado el primer chip cerebral en un humano y "los resultados iniciales muestran una prometedora detección de picos neuronales", días después es China la que se une a esta carrera e intenta tomar la delantera con sus planes de cara al año 2025.
El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China manifiesta que "las industrias del futuro están impulsadas por tecnologías de vanguardia y se encuentran actualmente en su infancia o en las primeras etapas de industrialización" de ahí que se fije un plazo relativamente corto, 2025 para que "la futura innovación tecnológica industrial, el cultivo industrial, la gobernanza de la seguridad, etc." se desarrollen de manera integral y consigan alcanzar niveles internacionalmente avanzados.
En un comunicado especifican que uno de sus objetivos es "lograr avances en tecnologías clave y dispositivos centrales, como la fusión cerebro-computadora, chips similares al cerebro y modelos neuronales de computación cerebral, desarrollar una serie de productos de interfaz cerebro-computadora seguros y fáciles de usar, y fomentar la exploración de aplicaciones en tecnologías típicas. Campos como la rehabilitación médica, la conducción sin conductor y la realidad virtual".
En este caso el gigante asiático diversifica su estudio en ampliar las comodidades del día a día, como por ejemplo conseguir automóviles sin conductor aunque también abre la puerta a la rehabilitación médica.
El microchip cumplió el pasado mes 54 años y casi desde sus inicios ya se ha fantaseado con sus posibilidades. Nació para convertirse en el corazón de cualquier aparato tecnológico y ya en 2012 se vaticinó con que en 2025 todos llevaríamos un chip bajo la piel: desde nuestro historial médico hasta utilizarlo como sistema de pago. Y es que ya el año previo el 'Doctor Ciborg', profesor de Cibernética de la universidad británica de Reading, aseguró que se sometió a varias operaciones quirúrgicas para implantarse dos microchips en su brazo robótico.
"Tengo es esta pequeña cosa conectada a mi sistema nervioso. Hace varios años me implantaron electrodos... Lo que hago es colocarme este radiotransmisor en el brazo. Así que cuando muevo la mano, mi sistema nervioso envía la señal a mi propia mano y a la robotica", explicó.
Hasta la fecha esto nos parece lejano, de hecho el simple planteamiento no solo choca con las limitaciones técnicas sino que abre un profundo debate ético. ¿Se conseguirá controlarnos con esos chips? Sin embargo, Musk retomaba la apuesta esta semana planteando un hipotético: "Imagine si Stephen Hawking pudiera comunicarse más rápido que un mecanógrafo."
David Ezpeleta Vicepresidente Sociedad Española Neurología se mostró cauto a la hora de valorar el anuncio de Elon Musk ya que aunque "todo lo que sea un avance entusiasma" instó a que primero se investigue si "el chip no se mueve, no produce crisis epilépticas, no se infecta, no empeora la enfermedad..."