LOS USUARIOS LA HAN APROVECHADO AL MÁXIMO
La Campus Party ha acogido a gente de todo tipo y edades. Desde una señora de 78 años hasta niños pequeños que están empezando a navegar por la red.
Esta fiesta tecnológica deja también ordenadores tuneados convertidos en auténticas obras de arte como, por ejemplo, edificios o motos, es decir, última tecnología.
Los campuseros están satisfechos porque los objetivos que tenían en mente se han cumplido. Las 400 horas de contenidos y formación que han impartido han funcionado muy bien. Los amantes de la tecnología las han aprovechado al máximo.
Diversión, ordenadores tuneados y la fiesta tecnológica dicen hoy adios, o mejor dicho... hasta pronto.