CONFLICTO CON LAS LEYES DE PRIVACIDAD
La compañía nacional alemana de ferrocarriles, Deutsche Bhan, utilizará drones no tripulados para intentar controlar el número de grafitis con los que se decoran los trenes del país. La idea es utilizar las imágenes captadas por las cámaras instaladas en estos drones como prueba para poder detener a los autores. Sin embargo, la compañía tendrá que hacer frente al tema de la privacidad, muy sensible en el país germano.
Los drones no tripulados están siendo utilizados en países como Estados Unidos para controlar el espacio aéreo y evitar posibles ataques a la población. Recientemente, el presidente del país, Barack Obama, defendía el uso de este tipo de aviones para acabar con líderes islamistas en Yemen o Pakistán ya que el país sigue estando amenazado por los terroristas.
Sin embargo, la utilización de este tipo de aviones no tripulados ha avivado la polémica sobre las leyes de privacidad. Concretamente, el presidente de Google, Eric Schmidt, alertaba de la necesidad de crear una serie de leyes que regulen la tecnología de los drones civiles para sí proteger la privacidad y seguridad de los ciudadanos.
Pero los drones no tiene como único objetivo la defensa nacional de un país. En el caso de Alemania quieren ser utilizados para detener los actos vandálicos. Según recoge BBC News, la compañía nacional alemana de ferrocarriles quiere utilizarlos para pillar 'in fraganti' a los grafiteros que se dedican a pintar los trenes de la compañía y así poder utilizarlo como prueba para acusarles de un delito.
Un portavoz de Deutsche Bhan ha asegurado que los drones se pondrán a prueba en las cocheras de los trenes muy pronto, ya que los grafitis suponen al año a la compañía un coste de 7,6 millones de euros. Sin embargo, la utilización de estos drones tendrá que hacer frente a las leyes de privacidad, muy estrictas en Alemania.
La última empresa que tuvo que responder ante los tribunales alemanes fue el gigante Google debido a la recopilación de datos privados de los usuarios a través de las cámaras de su servicio Street View. El pasado mes de abril, un regulador alemán condenó a Google al pago de una multa de 145.000 euros por recolectar datos a través de redes WiFi con los coches de Street View.