EN SAN FRANCISCO
Sólo hace falta una aplicación móvil para comprar en una nueva tienda de San Francisco. La empresa prescinde del personal y de las colas interminables que estamos acostumbrados a ver. Se trata de un supermercado donde las estanterías inteligentes y el reconocimiento facial están pendientes de todo el proceso de compra.
Sólo hace falta bajar una aplicación en el móvil y entrar al local con el código QR que aparece al descargarla. Una vez dentro los clientes pueden coger todo lo que quieran y guardarlo en su bolsa. Antes de salir, sin pasar por caja, una máquina con una señal verde es la que da permiso para que el cliente pueda marcharse. Todo queda registrado en las cámaras.
Los sensores cobran la compra a través de la aplicación. Esta novedad tecnológica apuesta por ahorrar 37 billones de horas que, según las estadísticas, los consumidores pasan esperando en las colas.