Este lunes ha comenzado el juicio por el 'caso Tous'. Lluís Corominas, jefe de seguridad y yerno de los conocidos joyeros, se enfrenta a 11 años de cárcel por el homicidio de uno de los presuntos asaltantes del chalet de la familia Tous.

La Fiscalía, la defensa y la acusación particular del caso Tous, escogen al tribunal popular que será el encargado de decidir si el yerno de la conocida familia de joyeros actuó o no en legítima defensa durante el atraco a la residencia familiar de Sant Fruitós del Bages en 2006.

Cada una de las tres partes -Fiscalía, la defensa de Corominas, y la acusación formada por la familia del fallecido- podrán recusar hasta cuatro personas cada una, si consideran que no son idóneas para juzgar el caso, que ha levantado gran expectación.

Una cincuentena de periodistas se han acreditado para seguir el juicio del yerno de los conocidos joyeros, que se alargará unas dos semanas y en el que Corominas se enfrenta a una pena de cárcel de 11 años, tal y como pide la Fiscalía.

Muerte de uno de los asaltantes
El 9 de diciembre de 2006. Las cámaras de seguridad del chalet de los Tous recogen las imágenes de dos intrusos entrando en la finca por una puerta lateral.

Los ladrones recorrieron el jardín de la casa de los joyeros, incluso jugaron con los perros guardianes que en lugar de amedrentarles les acompañan en su paseo. Exploraron el exterior de la vivienda y, cuando encontraron una de las cámaras, la desviaron para que no pudiera grabarles.

Pero al otro lado, la escena era contemplada por un vigilante que avisó a los Mossos d'Esquadra. Antes, el guarda llamó al jefe de seguridad y yerno de los Tous que vivía muy cerca del lugar.

Lluís Corominas se acercó a la casa sabiendo que dentro había ladrones, éstos bajaron del coche con una pistola semiautomática en una mano, en la otra un teléfono móvil hablando con el encargado de las cámaras le estaba guiando hacia los asaltantes.

Cuando éstos vieron las luces del vehículo huyen del lugar. Corominas les pilló in fraganti; detenía su todoterreno a la altura del coche donde se encontraban dos de los presuntos ladrones y aseguraba que les dispara en defensa propia. El vigilante que oyó las detonaciones volvió a llamar a los Mossos.

Corominas mató a uno de los asaltantes y detuvo al otro. Éste declararía ante el juez que él y su compañero muerto "solo pasaban por allí".

Los Mossos tardaron 20 minutos en llegar al lugar. Dos agentes aseguraron después que el jefe de seguridad llevaba puesto un chaleco antibalas, un chaleco que jamás ha aparecido. Aquel suceso ocurrió en medio de una oleada de asaltos violentos a viviendas de la zona; algo que disparó la simpatía y las manifestaciones de apoyo al yerno de los Tous.