Coronavirus residencias
Los contagios se han multiplicado por 9 en tan solo un mes y el número de fallecidos vuelve a repuntar. Pese a las quejas de familiares, las residencias de ancianos no tienen más opción que incrementar las medidas de seguridad.
Pese al avance de la campaña de vacunación y el éxito que tuvo en los primeros meses, las residencias de mayores han vuelto a ser golpeadas por la quinta ola de la COVID-19. En las últimas semanas los contagios se han disparado y los datos a 1 de agosto, los últimos disponibles, apuntan 72 nuevos fallecidos por la enfermedad durante la última semana de julio. Por ese motivo, las restricciones en estos centros vuelven a incrementarse pero algunos familiares se quejan de que no puedan ver a sus allegados.
Una vez más, es una de las principales prioridades: evitar que posibles positivos entren del exterior en las residencias. Pero eso significa que los ancianos vuelven a estar aislados y, tal y como denuncia a la coordinadora de 'Residencias 5 + 1', María José Carcelén, "todo esto lo que provoca es un estado de deterioro que mata exactamente igual que el virus". Por ese motivo, para residentes como Josefina es tan importante poder ver a su hija: "Quiero disfrutar de la vida porque eso es lo que tenemos", explica.
El número de contagios se multiplica por 9 en un mes
Ante el avance del coronavirus en la residencias, el control se ha incrementado. En algunas ya es obligatorio acceder a ellas realizándose un test de antígenos antes de pasar por sus puertas, como en La Rioja y en Cataluña. "En cualquier momento que se baje la guardia puede entrar el virus", asegura uno de los trabajadores de la residencia de Sant Jordi.
Y es que, aunque con la vacuna se han reducido las muertes, los contagios siguen disparados y eso pone en riesgo la vida de los residentes. Se han multiplicado por 9 en tan solo un mes, cuando en la semana del 5 al 11 de julio se notificaron 139 positivos y en la última semana de ese mismo mes 1.272.
En todas las comunidades las visitas han sido restringidas y algunos centros han decidido, directamente, cerrar las puertas por prevención. En otros permiten las visitas en el jardín y si un familiar quiere subir a las habitaciones tienen que tener el carnet de vacunación.
También se han incrementado las medidas de seguridad entre los trabajadores de las residencias de mayores. En algunas ya están empezando a pedir la vacunación obligatoria y en otras han recuperado la norma de realizada un test de antígenos semanal con tal de detectar los brotes a tiempo.
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