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Fiesta del marisco

Una voluntaria recoge 8.000 colillas para evitar que lleguen al mar tras la fiesta del marisco de O Grove

Durante las dos últimas jornadas de la fiesta, Tami hizo 8 salidas al día de una media hora cada una. ¿El resultado? Miles de colillas que de otra manera habrían acabado en el océano. La imagen habla por sí sola.

La cifra impresiona. 8.000 colillas. Es solo una estimación y corresponde a únicamente 2 jornadas de fiesta, pero la imagen lo dice todo. La propia Tami Prieto, artífice de esta hazaña, nos envía el vídeo que pone de manifiesto que algo no estamos haciendo bien.

Decimos hazaña con todas las letras. Es una hazaña. Un David contra Goliat. Una heroína armada con escoba y recogedor enfrentándose a un gigante, el de la falta de civismo.

"Quieren marisco pero no cuidan el mar"

El número de colillas que han llega al mar cada día es tan grande que parece lógico caer en el "no vale de nada". Pero vaya que si vale. Vale para que hayan sido 8.000 menos, ahí es nada. Y vale para poner el foco en una realidad muy preocupante. "Quieren marisco pero no cuidan el mar", sentencia Tami con contundencia.

En este caso el contexto en el que realizó esta recogida es muy gráfico. La Fiesta del Marisco de O Grove. Una cita que reúne cada año a miles de personas que durante varios días se acercan a esta localidad de las Rías Baixas famosa por un producto del mar de máxima calidad. Mariscos de todos los tipos y en todas las elaboraciones, música, actividades, fiesta y diversión. El lugar perfecto para poner de manifiesto que entre todos podemos hacer algo más por nuestro mar.

"Prometían no volver a tirar una colilla"

Su recogida se centró sobre todo en los lugares próximos a las alcantarillas y las zonas más cercanas al mar. "En estos dos días tuve que escuchar mofas y comentarios, tuve que superar la vergüenza, ajena y propia. Conste que hablé con gente maravillosa que me enseñaba su lata con las colillas y me daban ánimos", explica. Hubo de todo.

Se da por satisfecha al ver el resultado de su acción. De hecho hay a quien le ha servido para entender el impacto que tirarlas al suelo puede tener para el medio ambiente: "Prometían no volver a tirar una colilla al suelo". Ésta es la mejor de las respuestas.

Tami es una activista comprometida desde hace mucho tiempo: "Tristemente, si recogí 8.000, tendría que multiplicar por 10 las que quedaron en el suelo. No di para más". Pero lo cierto es que, en este caso, el número no es, posiblemente, lo más importante.

El principal objetivo es concienciar en la importancia de cuidar los mares. De hecho se despide de nosotros mostrando su sorpresa por el alcance y nos da las gracias por darle visibilidad. Gracias a ella, le digo. Por atender la llamada de Antena3 Galicia pero, sobre todo, por su labor, de la que nos beneficiamos todos.

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